El diario plural del Zulia

El queso se convierte en un lujo inalcanzable

Los comerciantes intentan abastecer sus negocios con estos rubros, para satisfacer a una clientela que se las ingenia para comprarlos, aunque en pequeñas cantidades

A partir de las últimas semanas del mes de septiembre, el precio de la charcutería se ha vuelto inalcanzable para el bolsillo de la familia venezolana. El tradicional queso blanco se convierte en un lujo, que promete ir en aumento, oscilando su precio entre los 30.000 y 50.000 bolívares el kilo, según sea el tipo.

El requesón, de color pálido, sabor suave y textura blanda y granulosa, es una de las opciones más pedidas en las personas que buscan la economía, sin embargo, los distintos comerciantes lo ofrecen como el queso “solidario” y a pesar de que su sabor es bastante simple, ayuda a que las arepas continúen en las mesas del venezolano.

Pero lo cierto es, que comer queso en Venezuela se ha convertido en toda una exquisitez para privilegiados. Muchos son los factores que inciden en los precios de la leche para su elaboración.

El productor de Sur del Lago y médico veterinario Ciro Labarca, explicó a Versión Final que el precio del queso depende del precio de la leche. “Para hacer un kilo de queso se necesitan aproximadamente 8 litros de leche y ahorita la leche de vaca está rondando los 3.500 bolívares”, afirmó.

Todo el proceso que conlleva su elaboración, desde el quesero, el cuajo, la sal y hasta el transporte para su distribución, se convierte en el punto de partida del alza de sus precios. “Cada vez hay más problemas para producir la leche en el campo: la escasez de insumos y medicinas para el tratamiento de las malezas, por supuesto, elevan los costos de producción de este producto de consumo diario, explicó el productor.

“Yo no estoy llevando queso a la casa, lo que hago es resolver con verduras, algo de tomates, cebolla, porque lo que uno gana en el trabajo tampoco lo puede gastar todo en queso”, comenta la señora Cecilia Gómez y asegura que hoy en día una familia de cinco integrantes debe ingeniárselas para sustituir el rubro.

Primera opción

Al no lograr costear los altos precios del queso, las personas recurren a la compra de ricota, en Bs. 5.500, y el requesón, en Bs. 18.000. Los quesos como el madurado, semiduro, cebú, pasteurizado y amarillo se quedan muchas veces en la exhibición de los locales, mientras que la ricota “si llegan 100 o 200, el mismo día se agotan”, así lo explica José Luis Chacín, propietario de una charcutería en el Mercado Periférico ubicado en la avenida La Limpia.

En otro de los locales del mercado, la señora Isbelia Ramírez muestra su preocupación ante la situación y admite que en su casa, los últimos días solo han tenido para comprar ricota: “Y eso que en mi casa somos pocos, somos cinco, pero sin embargo, nos las vemos difícil a pesar de que todos trabajamos”.

Ramírez añade que es más asequible para ellos comprar un pollo —16.000 bolívares el kilo— con el cual les alcanza para comer dos veces o, en su defecto, una porción de carne distribuida equitativamente entre los cinco.

La carne a la par

A pesar de que la carne es otra de las opciones para equilibrar las comidas de los zulianos, en el mercado también se ubica como uno de los productos más costosos y además, escasos en cuanto a su distribución. Sin embargo, su costo por kilo es actualmente más económico que el de queso.

“Nosotros pedimos hasta siete reses para intentar no aumentar, pero a veces solo nos traen dos o tres”, dice Hernando Flores, carnicero en el Mercado Periférico de La Limpia.

Las carnes que más se venden son: lomito en Bs. 36.000, molida y para mechar en 30.000, y bistec en 32.000. Sin embargo, las ventas han caído: según Freddy Bracho, propietario de una de las carnicerías del lugar, “no hay ganado”, lo cual también responde a la inestabilidad de sus precios. “Llega más caro porque cada vez es menos lo que traen (distribuidores) y mientras menos traen más aumentan”, ratifica Ramírez.

Para la señora Janet Ocando, compradora consultada en el mercado, la mejor manera de solucionar es lograr equilibrar sus compras y solo llevar a casa “un poquito de cada cosa”, además de ser creativos para poder rendir las porciones en familias numerosas, como en su caso, de hasta siete personas. ¿Hasta dónde llegarán estos precios?, es una de las tantas preguntas que la mayoría de los consumidores se hacen, y les preocupa que a diario les alcance menos para comprar.

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