El diario plural del Zulia

El bolsillo ya no da para los perros y las hamburguesas

La comida rápida por excelencia en Maracaibo, las hamburguesas y perros calientes, una costumbre arraigada pese al exceso de calorías, comienza a sufrir como pequeña economía arrastrada por el alza exponencial de los insumos para su preparación.

El gusto, de raíces norteamericanas, pero que trasmutó en algo netamente regional con el queso de mano y otros ingredientes de sabor propio, se vuelve un lujo para los maracaiberos. Una hamburguesa llega fácilmente a los 1.700 bolívares la unidad.

Esa válvula para evitar altas facturas en restaurantes, y que se copaban en calles emblemáticas de la ciudad empiezan a sucumbir también ante la erosión del poder adquisitivo. Una cena para dos, por la medida pequeña, equivaldría a un 30 % del nuevo salario mínimo. Se habla de dos hamburguesas como máximo, con dos bebidas. No más.

Dueños de los sitios de comida rápida manifestaron lo difícil que se ha convertido la manutención de un establecimiento, alegando que tanto la escasez como los sobreprecios de productos y los aumentos que se han declarado en lo que va de año, afectan profundamente a su labor diaria.

Elisaúl Villalobos, empleado de Mini Lunch El popular Jaimito, puesto de comida ubicado en el sector Indio Mara, expresó que se ven en la necesidad de aumentar cuando se surten de insumos con sobreprecio y que actualmente trabajan con lo que se consiga.

“Las ventas han bajado casi un 50% porque las personas pre eren comprar un paquete de harina que gastar 1.500 bolívares en una hamburguesa”, comentó. Así mismo, distintos encargados de puestos de comida ubicados en Indio Mara resaltaron que los precios de perros calientes y hamburguesas se encuentran entre 800 y 1. 600 bolívares, respectivamente.

De igual forma, Rogelio Aldana, dueño y encargado del puesto de comida rápida Mini Lunch San José, ubicado en el Sector Paraíso, detalló los precios de la lista de insumos que se deben adquirir para ofrecer un buen servicio a los clientes.

“El pan y las salsas son los insumos principales y a veces no se consiguen ni haciendo cola, por eso hemos tenido que recurrir al mercado negro y allí se venden a más del 100 % del precio real; pero mi puesto gana por volumen y por eso no puedo aumentar exageradamente como otros lo hacen”.

La crisis del pan

Recientemente la ciudad vivió una de las peores crisis de producción de pan por falta de materia prima, y aún quedan rezagos de la escasez.

Colas de personas en panaderías para comprar el producto de forma restringida. En esa vorágine también cayeron los vendedores ambulantes y otros comercios de comida rápida. Pero los últimos datos del Gobierno señalan que, en menos de 15 días el problema del trigo estará resuelto y los productores de pan regresarán a su normalidad.

El ministro de Alimentación, Rodolfo Marco Torres, dijo haber sostenido una reunión con representantes del sector panadero del país, e informó que unas 124 mil toneladas de trigo habían llegado a puertos venezolanos para abastecer a los productores en mayo y junio. “Acordamos con el gremio panadero revisar el inventario de materia prima complementaria para la elaboración del pan”, destacó. De hecho, la Federación Venezolana de Industriales de la Panificación y A nes (Fevipan), lo confirma.

“En 20 días podría estabilizarse el sector panadero del país”, señaló Tomás Ramos, presidente de la organización.

William Quintero, encargado del puesto “Tío gato y tío oso” ubicado en el sector Indio Mara, nombró una diversidad de productos que son de uso frecuente no sólo para los puestos de comida, sino para los hogares venezolanos, como los huevos y el kilo de pechuga de pollo cuyo precio varía entre Bs. 2.200 y 2.700, respectivamente.

Pero entra también en las espirales inflacionarias la adquisición de las salsas. El llamado bachaqueo se permea en el mercado que demanda a diario enormes cantidades de kilos de salsa para preparar las comidas.

Los precios regulados han desaparecido, en parte por la inexistencia de los productos del portafolio de salsas de Empresas Polar, uno de los conglomerados que más ofrece esta variedad. Sus plantas de salsas y untables de Valencia se encuentran con niveles bajos de operatividad por la criticidad en el inventario de materia prima.

El encargado de Winston Burger, en la calle Cecilio Acosta, expresó que Alimentos Polar surte a varios establecimientos de comida rápida, pero recientemente la distribución ha cesado por la situación actual; además agregó que los ingredientes con más sobreprecio son el pollo, la carne y las verduras.

Por otra parte, Alejandra Nava, empleada de Franco Burger expresó que además de los sobreprecios, los cortes de luz y la inseguridad también han afectado el buen servicio de los puestos de comida rápida.

Aumentos semanales

Dailet Montero, administradora de Franco Burger, afirmó que se han visto en la obligación de aumentar cada semana sus precios pues los ingredientes e insumos presentan incrementos demasiado frecuentes, poniendo como ejemplo los envases de queso de mano de 20 ruedas, que en febrero costaban Bs. 4.000 y hoy cuestan Bs. 7.000.

“Es extraño que pase una semana y nosotros no aumentemos, pero tenemos que hacerlo, aunque nos dé pena con los clientes, porque comprendemos la situación, pero también es difícil para nosotros porque no podemos trabajar a pérdida. Hay familias de cinco personas que han venido con pacas de dinero y no les alcanza para pagar”, afirmó.

Propietarios de varios puestos han asegurado que no pocos comercios que antes brindaron el servicio han decidido poner fin a sus negocios. “Un trabajo más complicado todos los días”, reflexiona Rogelio Aldana, uno de los dueños que mantiene con poco pulmón su establecimiento.

A las estructuras de costos actuales se suma también el reciente ajuste del 30 % de salario mínimo decretado por el presidente Niocolás Maduro. ¿Serán afectadas también? Es lo más probable. Varios propietarios reacomodan su plantilla de trabajadores con próximos despidos para seguir sorteando la crisis.

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