El diario plural del Zulia

El Black Friday, una oportunidad para reanimar el mercado venezolano

La tradición estadounidense de ventas con grandes descuentos despunta en una iniciativa de atrapar al consumidor venezolano

Se espera que al menos 164 millones de personas participen hoy en el Black Friday en Estados Unidos, entre ellos, miles de venezolanos que ya hacen vida en al menos cincuenta estados de la nación norteamericana.

Los grandes descuentos en todo tipo de rubros mueven el comercio minorista y “on-line” estadounidense. La tradición donde las cuentas de los negocios pasan de números rojos a negros, al superar con los ingresos sus gastos, tiene vida desde la década de los setenta en Estados Unidos.  Sin embargo, la actividad intenta replicarse fuera de sus fronteras en países como China, Argentina, Ecuador y Venezuela.

Aunque en el país caribeño la cultura del inicio de rebajas en la temporada navideña no es un fuerte, la práctica este año parece ser una opción para el mercado venezolano envuelto en bajos números de venta por un torrencial inflacionario.

Los pequeños comerciantes promocionan sus ofertas a través de las redes sociales en busca de incentivar a su clientela. Ropa, calzado, accesorios, artículos de belleza, víveres, medicinas y juguetes se rematan en coloridas imágenes desde un 20, 30 y hasta un 50 % de descuento.

Incluso, en Maracaibo, el Mall Delicias Plaza anunció prepararse para este Black Friday, con un 50 % de descuento en más de 70 tiendas desde las 10:00 de la mañana hasta las 8:00 de la noche.

En una nota de prensa las tiendas que participarán  aseguraron que este año “Maracaibo se estrena a lo grande, gracias a la iniciativa del centro comercial y sus comerciantes”.

“Estamos todos unidos y muy emocionados con esta actividad, porque sabemos que Maracaibo se la merece. Las tiendas del mall han estado muy receptivas a la iniciativa y sabemos que será genial para muchas personas; más aún por ser época de compras”, dijo Javier Aular, uno de los propietarios.

¿Retornan las rebajas?

Ante una economía donde los precios de los productos tocan el cielo tanto en bolívares como en dólares, resulta ilógico pensar en que algún pequeño o mediano empresario apueste por reducir el valor de su mercancía por un día festivo.

“Es el retorno de las rebajas. Los malls deben buscar la manera de sobrevivir. Existen en Venezuela centros comerciales con al menos un 30 % de sus locales cerrados y eso quiere decir menos afluencia de personas, lo que hace es que el comprador se aleje de estos centros”, considera Orlando Cuicar, experto en gerencia de empresas.

Cuicar considera que unirse a la costumbre estadounidense que predomina cada última semana de noviembre, por parte de los comerciantes venezolanos, es una forma de atraer al cliente, que este vuelva a su rol de consumidor para la fecha y, de alguna forma, mantenerse en medio de una crisis económica con una fuerte caída del Producto Interno Bruto, inflación y bajos niveles de productividad.

“Es muy importante que los centros comerciales fomenten estas acciones para que se vaya creando una cultura en nuestra ciudad de aprovechar esa fiebre y ese furor que en otros países existen”.

No obstante, el especialista advierte que gran parte de los venezolanos no cuenta con ayuda de familiares en el exterior y una remesa fija como para tener suficiente poder adquisitivo. Además, explica que la situación puede tratarse de aumentos engañosos en toda la mercancía de hasta 2000 % y mostrar en las vitrinas apenas una rebaja de 50 %.

“El mismo consumidor se dará cuenta si es engañado o no”, comenta.

El shopper

La globalización, a juicio del mecadólogo Jaime Fornez, es la responsable de que en Venezuela exista el acceso a la información para copiar algunas tradiciones que nos son propias de nuestra sociedad.

Toma en cuenta el alza excesiva de los precios del mercado venezolano para trabar el Black Friday venezolano, pero asegura que ese ya no es el problema directo. Razona y expone que: “Todos sabemos que lo que vas a comprarse,  será caro. Ya vender no es el concepto como lo hemos manejado, ahora es la experiencia de la compra s través de las redes sociales. La onda es que la gente se sienta bien, brindarle fidelidad y crear ese tipo de ambiente”.

Asevera que el consumidor en esta nueva dinámica se convierte en simplemente un shopper, o comprador, donde mientras más emotiva sea una venta más sensible será a su precio.

“Es probable que esto funcione como una manera de imitación  para que la gente sienta esa misma percepción de disminución de precio, la gente se incline a hacer compras lo que habría que ver es el resultado al final”, añade Fornez.

 De EE. UU. a Venezuela

Otra de las formas de cómo los venezolanos pueden aprovechar la actividad comercial más trascendente en Estados Unidos es al transar pagos electrónicos en plataformas digitales como Amazon y mediar un traslado de los productos comprados.

José Nicolás Gómez, asesor financiero, explica que cualquier comprador fuera de EE. UU. con acceso a una cuenta en paypal o un wallet para transar con criptomonedas  puede acceder de manera fácil a las promociones del viernes negro.

“El modelo de negocio de muchas de estas empresas que aprovechan estas promociones ha cambiado. En el pasado fácilmente pudiese tener una promoción in situ en tiendas específicas, pero como el mercado se ha orientado en gran medida al comercio electrónico, se han abierto ciertas bondades al trascender más allá de las fronteras geográficas”, argumenta.

El profesor universitario refiere que existe una vasta necesidad de productos por parte de los venezolanos al punto de que cualquier bien ofertado, por muy trivial que luzca para un consumidor norteamericano, resulta una extraordinaria oportunidad para un venezolano.

“Medicinas, vestido, calzado, tecnología, cualquier tipo de cosa es viable para todos los venezolanos. La limitante viene dada por la capacidad que pueda tenerse a través de ese poder de adquisición para enviarlo por un servicio de encomienda. Ya la restricción está en las empresas que hacen delivery para que se pueda o no trasladar hasta el domicilio o la dirección postal”, precisa.

Gómez sostiene que la participación venezolana del día tradicional estadounidense no representaría mayor incidencia en la economía nacional. Considera que los artículos obtenidos en las ofertas pueden, a lo mucho, satisfacer las necesidades de una persona o responder a pequeñas revendidas “porque básicamente estos proceso de comercialización están destinados al detal”.

Para la temporada navideña, de noviembre a diciembre, se espera que los estadounidenses gasten hasta 720 mil millones de dólares, ¿cuánto podrán gastar los venezolanos?

Lea también
Comentarios
Cargando...