Efecto de la juramentación de Maduro: Conozca los riesgos que asume la oposición
Miles de protestas y fallecidos enlutaron el primer periodo presidencial de Nicolás Maduro, desde 2013. Hoy, en vísperas del polémico acto de asunción para el segundo mandato del Jefe de Estado, se augura un escenario con más acciones de calle por parte de quienes anhelan un cambio político en el país.
La incertidumbre reina en las calles. Se rumora que después del 10 de enero se puede desatar un caos parecido a los de 2014 y 2017, donde reinaron los enfrentamientos entre la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y quienes adversan al Gobierno de Maduro.
Sin embargo, después de no conseguir resultados positivos en años anteriores, los expertos en política dudan que una medida radicalista, liderada por parte de la oposición pueda ayudar a solucionar la crisis política, social y económica que marca la historia venezolana.
Jesús Seguías, consultor político, asevera que una confrontación “muy violenta” entre Gobierno y oposición no resolvería ningún problema, por el contrario, agravaría los futuros escenarios en el país.
“En un escenario de confrontación violenta tenemos a dos actores: uno bien armado y pertrechado, porque tiene un formidable poder de coacción, es decir, el Gobierno. Por otro lado, está una oposición desarticulada que no tiene una capacidad de movilización efectiva a nivel nacional y que además no tiene balas, no tiene armas ni maneras de enfrentarse a alguien. Por lo tanto, es una confrontación desigual que puede conducir a otra derrota más parecida a la que ocurrió en 2014 y en el 2017”, argumenta el analista.
La consecuencia irreversible de estas acciones, para Seguías, sería una desesperanza irremediable para quienes aún creen en un cambio en el país. “Un fracaso más está prohibido para la oposición venezolana, eso puede conducir a una mayor frustración, a una mayor desesperanza a que cunda la ira y la rabia entre los venezolanos y que el éxodo se incremente de manera exponencial”.
Coincide con la premisa que distintos analistas comentan: promover una negociación política para encontrar una salid democrática y pacífica. “No hay otro camino”, expresa.
El presidente de DatinCorp alega que el problema no consiste solo en generar un cambio de Gobierno, sino de resolver, además, la crisis. “Si el cambio de Gobierno se hace por la vía violenta, por la vía fáctica un golpe de Estado, llámese golpe militar, rebelión militar o rebelión civil, intervención militar o internacional, eso lo que haría es profundizar la crisis porque el país quedar incendiado por un buen tiempo”, insiste.
Oposición sin apoyo
En un artículo de opinión publicado en Radio Fe y Alegría Noticias, el profesor universitario y politólogo, Jesús Castillo Molleda, cuestiona el panorama mencionado por muchos sobre una salida del presidente Maduro, seguida por una transición encabezada por un mandato provisional del actual presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, hasta conseguir nuevas elecciones presidenciales.
Castillo Molleda ve alejada una solución política tras la vía de la confrontación. Considera que los actores de oposición deben estudiar otras opciones e intentar avanzar.
“Habría que preguntarse si los sectores políticos opositores del país cuentan actualmente con suficiente apoyo popular para incentivar a la gente a retomar las calles; o la existencia de grupos organizados por calles, manzanas, sectores, parroquias, municipios, estados, para emprender una confrontación cuerpo a cuerpo con el Gobierno; o determinar si existe algún líder político, empresarial, estudiantil que tenga la capacidad de representar a la mayoría de la oposición política. También habría que reflexionar si es suficiente el apoyo internacional para ejercer presiones sobre el gobierno nacional”, pone en duda el experto.
Castillo Molleda reconoce que el Gobierno se encuentra en una etapa terminal, pero sostiene que no terminará definitivamente mientras “se le mantenga con una bombona de oxígeno permanente tras su agonía”.
A su juicio, la mesa está “servida” para una negociación que consiga verdaderos cambios, solo desestima la fuerza de quienes pueden promover ese proceso, por la desunión y falta de criterios coherentes.
“Si la oposición promueve un discurso radical, confronta al Gobierno sin criterios de unidad y establece una ruta trazada por la acción radical, sin ninguna duda volverán a fracasar en el intento de quebrar al Gobierno”, prevé.
Gobierno aislado, pero no débil
El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, reforzó que no existe escapatoria a la crisis venezolana sin una negociación política. Señaló en su cuenta de Twitter que el presidente Nicolás Maduro corre riesgos de aislamiento y sanciones personales, embates de la crisis, potencial unificación opositora y presiones de implosión. Pero, añadió, que la oposición corre riesgos de quedarse en una brocha de emociones no materializables que sobredimensionen expectativas y generen frustración.
“Esa crisis no puede considerarse un disparador automático del cambio político o la desestabilización de Maduro. La experiencia más común es contraria. Los gobiernos aislados se empobrecen pero no se debilitan. Son más bien “big brothers” de un charquero, pues son los únicos con migajas para repartir”, estimó el analista.
León diagnostica más presión política y social por parte de la oposición, al tiempo que considera predecible una reducción por parte del Gobierno para enviar un mensaje de disposición para “destruir enemigos y mantener una bóveda de miedo, especialmente en sectores internos”.
Pese a todas las adversidades que giran en torno al nuevo periodo que asume Nicolás Maduro, este se blinda hasta con la fuerza de su discurso. “La Revolución Bolivariana no es un hombre, es un pueblo que eligió ser libre y está decidido a defender su libertad, cueste lo que cueste, nada ni nadie lo va impedir”, dijo el pasado 7 de enero.
