El diario plural del Zulia

El drama de comprar ropa en el Zulia

Para muchos la compra de ropa es una acción mucho más ligada a la vanidad que a la necesidad, sin embargo, desde el punto de vista histórico y científico, la vestimenta ha sido una tecnología vital para la expansión de la humanidad, tanto como el fuego o las armas para la cacería desde hace unos 170 mil años.

datosversionfinal En Venezuela, aunque cubrirse del frío, la lluvia, el sol, o cualquier otro agente de la naturaleza es una prioridad como en cualquier otra latitud del planeta, el bajo poder adquisitivo, no le permite a muchos ciudadanos, como a Rolando Medina, sustituir el único par de gomas que tiene, y que desde hace seis meses ya no lo libran de sentir el calor del asfalto de Maracaibo, por el pronunciado desgaste de sus suelas.

Como un verdadero sufrimiento describe el joven de 27 años la búsqueda de un par de zapatos deportivos; “trabajo como un burro, mis ocho horas diarias, no gasto en rumbas ni en nada que no sea la comida para la casa, no tengo hijos y todavía así no logro cambiar las gomas”, relata que de lunes a viernes trabaja para una entidad gubernamental, y los fines de semana es guardia de seguridad en una discoteca en la Avenida 72.

Tras emprender su búsqueda, Rolando hace su primera parada en una multitienda de ropa, zapatos y artículos para el hogar, donde un par de gomas casuales (que no son aptas para practicar deportes), pueden costar entre 18.000 y 20.000 Bolívares.

Tanto el precio como la calidad espantan al muchacho. Para Rolando Bs. 18 mil equivale a 25 días de su mes de trabajo (18.813 bolívares), por lo que decide adentrarse en el populoso “Callejón de los pobres”, donde los precios están en Bs. 3 mil o 4 mil más económicos que en la multitienda, aun así el joven administrador sigue quedándose corto.

Cansado de trajinar y gastar pasajes, con desaliento en su rostro, Rolando termina su recorrido en una venta de ropa de segunda mano en la Avenida La Limpia, donde afortunadamente encontró un par de gomas en 8 mil bolívares “están nuevas, tienen hasta el olor a nuevo, por eso las compre y son hasta de marca.... El chamo las compró pero nunca las usó”, relata el joven con un nuevo semblante en su cara y una sonrisa de alivio.

Competitividad

Mientras que en el Callejón de los pobres un jeans para caballero cuesta entre 12 mil y 16 mil bolívares, y los de damas van de Bs. 9 mil a 25 mil en los mercados de segunda mano para ambos sexos, el costo oscila entre los 2 mil 500 y 3 mil 500 bolívares.

Allí el equipo reporteril de Versión Final halló a María Isabel Acuña, quien está urgida por comprarse al menos un jeans porque todos los que tiene se han roto en el entrepierna y ya ni los parches con los que los ha remendado, pueden evitar el desgarre de la tela.

La joven de 23 años que estudia contaduría de noche y trabaja de día en un café de la ciudad, viene de un mall de Maracaibo, donde un jeans va de 28 mil a 35 mil bolívares.

Acuña terminó comprando un jeans en un comercio del centro de la ciudad en Bs. 16 mil, lo que representa el 70,90 % de su salario mínimo (Bs. 22.576,8). “No me quedaba de otra, ya tengo el entrepierna irritado por el roce de la tela rota”, sentenció tras quedarse con los pasajes completos para ir a trabajar hasta la próxima quincena.

Comercio débil

El presidente de Fedecamaras Zulia, Carlos Dickson, informó a este rotativo que la caída del consumo de artículos suntuarios o no esenciales en el país es de hasta un 80 % “ y eso lo podemos ver con la baja en la asignación de divisas que hace el gobierno para ese tipo de artículos, solo están vendiendo divisas a Bs. 10 a empresas del Estado para la importación de alimentos y a precio Dicom (645 bolívares), para otro tipo de artículos esenciales como materias primas y maquinarias”.

Cuando las familias tienen un ingreso promedio de uno a dos salarios mínimos –caso que abarca el 70 % de las familias venezolanas– y se gasta más de 300 mil bolívares en gastos del hogar inevitablemente se va a dejar de comprar ropa para acudir a mercados secundarios que están proliferando en el estado”, argumenta Dickson.

Por su parte, Gilberto Gudiño Millan, Presidente de la Unión de Comerciantes del Estado Zulia (UCEZ), asegura que pese a la crisis que enfrentan quienes comercializan ropa y calzados nuevos, la venta de estos rubros está todavía lejos de extinguirse, lo que si ocurre es un debilitamiento del comercio formal que paulatinamente pasa a ser informal, reduciéndose así los puestos de trabajo.

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