El diario plural del Zulia

El discurso político actual deja pérdida de seguidores

El discurso del oficialismo y la oposición enfrenta un momento cumbre. La ceguera ante la realidad y la carencia de una propuesta concreta que abra paso a nuevos horizontes para el desarrollo económico y social del país parecen estar encajonados en la profundidad de la indiferencia. Las exposiciones orales de los actores políticos venezolanos siguen errando el blanco, persiste la escasez de planteamientos reales que solucionen los problemas de la nación. La retórica abundante mantiene a los individuos en apatía constante, mientras, las disertaciones filosóficas que emplean los protagonistas del ejercicio político no descifran el remedio a los males sociales que saturan al pueblo, que adoptó la sordera para no sufrir.

Steven Bermúdez, investigador de análisis de discursos y teorías literarias, señala que la oposición venezolana utiliza un planteamiento discursivo de confrontación que tiene como objetivo único la crítica y evaluación negativa de la gestión del Ejecutivo Nacional. Para el investigador, los grupos opositores no aportan soluciones concretas a los problemas sociales, por tal razón, centran sus esfuerzos en la descalificación radical. “Ellos no asumen como interlocutor válido a la ciudadanía, la línea discursiva que persiguen es ver siempre lo negativo del Gobierno. Declaran sin ejercer un impacto social”.

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Adverso a esto, Jorge Isea, magíster en filosofía, explica que la gran contradicción del discurso del Gobierno es que posee el socialismo en los labios pero la burguesía en el corazón. “Esa esquizofrenia política es la que tiene devastado a un país donde solamente una élite privilegiada ha logrado hegemonizar las grandes esferas de la riqueza nacional. La burguesía que atesora el Gobierno en el corazón puede dar razón de gran parte del quebranto de las desigualdades que ha generado ese discurso, aunado a la incapacidad para brindar bienestar al pueblo de manera consistente y no meramente retórica”. 

Radicalismo

Para María Parra, politóloga, tanto el Gobierno como la oposición han radicalizado su discurso por las ansias particulares de poder. “El Estado se muestra autoritario en sus discursos, niega eventos electorales, reprime, y descalifica a los grupos opositores para debilitar sus las y mantener una imagen de aparente fortaleza moral y política.

Según los expertos, el discurso confrontativo no ha añadido seguidores a las organizaciones políticas. Afirman que este fenómeno fue gestado por el expresidente fallecido Hugo Chávez, quien aplicaba la vehemencia en cada una de sus declaraciones. Chávez impuso un modelo que fue catalogado como el centro hegemónico de la comunicación, tras haber demostrado una nueva forma de hacer discursos políticos, basados en señalar al oponente como el causante de todos los males de la sociedad venezolana, antes de su llegada al poder. Esta visión, en la actualidad es imitada por la mayoría de los agentes políticos en el país que exponen sus planes de forma contestaría e irreverente.

Citando al filósofo ético, Arnaldo Esté, “Existe un sujeto sin proyecto y un proyecto sin sujeto”, de esta forma profundiza su análisis, el también doctor en teología, Jorge Isea, alegando que esa frase es el retrato que demuestra la paradoja del discurso político venezolano. Isea manifiesta que las exposiciones políticas subsisten bajo una crisis antropológica, jurídica, losó ca y teológica que sobrepasa el análisis de la narrativa, juegos lingüísticos y los factores conceptuales que gravitan a través del discurso del poder. “La narrativa de la izquierda se ha presentado como un proyecto millennial de redención endógena que rivaliza profundamente con grandes de las esperanzas escatológicas del evangelio. Es un discurso para la legitimación del poder pero funcionalmente ha sido para la preservación de otras estructuras de poder, es un discurso que formalmente es socialista pero funcionalmente obra con una suerte de capitalismo de Estado mucho más agresivo que el neoliberalismo que es objeto de satanización en su discurso”.

Inconsistencia

Steven Bermúdez, también destacado profesor de la universidad del Zulia (LUZ), asevera que el discurso de la oposición ha apuntado directamente a salida definitiva del Gobierno, pero sin formular una propuesta de país ideal. “Carecen de argumentos que planteen el debate ante lo que ellos consideran como malas políticas gerenciales del Gobierno, en eso construyen su discurso que se deja ver endeble”. Para el experto, los contrincantes políticos han llegado a un estado de combate discursivo que ha traspasado al plano físico.

Jorge Isea, experto en filosofía, argumenta que el “nuevo hombre” pregonado por el idealismo socialista del oficialismo no ha logrado configurarse a la realidad ética que vive el país.

“El ciudadano se ha convertido en un ser voraz, en el que se ha utilizado una ética individualista, a pesar de estar en la socialización del capital, nos encontramos ante una auténtica ética utilitarista, hedonista, individualista, donde la viveza criolla ha logrado institucionalizarse como factor de conducta social, que lamentablemente nos ha dejado en esta desnutrición, en esta realidad anoréxica que afronta el país”.

La mesa de especialistas confirma que los políticos han tenido pérdida de seguidores por la falta de ideas innovadoras y concretas que nutran sus discursos y permitan la prosperidad integral del país. Insisten en que ambos mantienen un clima de “crispación”, que ha beneficiado a la oposición no por la contundencia de sus declaraciones sino porque la sociedad responsabiliza al Gobierno de toda la problemática social.

“Lo que justificó la presencia del poder actual, como lo fue la reivindicación de los sectores más populares, hoy se ha logrado reproducir con creces gran parte de los males que dieron legitimidad al discurso del poder contemporáneo”, concluye Jorge Isea.

 

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