El diario plural del Zulia

Un desayuno cuesta más que un día de trabajo

“Un refresquito y tres empanadas”, pedía Luis Soto, obrero público, cada mañana al llegar a un puesto de comida cercano a su trabajo; para él era una rutina diaria. Hoy recuerda con nostalgia aquellos tiempos en los que no se preocupaba por cuántas empanadas podría comerse, ahora su mayor angustia es si podrá darle de comer a sus hijos.

Su historia se repite en miles de familias venezolanas, donde los niveles inflacionarios acabaron con el poder adquisitivo, arrasaron con los continuos aumentos salariales decretados por el Gobierno nacional y desataron el hambre.

Los venezolanos necesitan cerca de nueve horas de trabajo para poder costear la primera comida del día, según cálculos desarrollados bajo un índice de la agencia Bloomberg que mide el tiempo necesario que debe trabajar una persona para comprar los alimentos que conforman un desayuno, de acuerdo con su ubicación geográfica.

Brecha de asequibilidad

Los residentes de Abu Dhabi, Osaka y Zurich pueden ganar dinero suficiente en tan solo cinco minutos para poder comprarse un desayuno; los habitantes de Ghana ameritan una hora para poder hacerlo.

Bloomberg estableció el presupuesto de un desayuno como una referencia para conocer las economías más ricas del mundo.

El índice calcula el costo promedio y la asequibilidad de un desayuno típico –una taza de leche entera, un huevo, dos rebanadas de pan tostado y un trozo de fruta– para 129 centros financieros mundiales y regionales.

En Suiza, Zurich y Ginebra, el desayuno cuesta algo más del 1% del salario diario; mientras que los ucranianos en Kiev deben desembolsar alrededor del 6 %. En Asia, el costo es inferior al 1 % en Osaka, y en Hanoi, Vietnam, se necesita el 12%.

La disparidad es más amplia en América Latina: mientras que los ciudadanos de México deben desembolsar solo 2,4% de su salario diario para adquirir un desayuno; en Venezuela necesitan 111% de su ingreso diario para poder desayunar.

Lo que significa que con un solo día de trabajo los venezolanos solo pueden comprar un desayuno.

Gilberto Gudiño, expresidente de la Unión de Comerciantes del Estado Zulia (UCEZ), mencionó que el cestatique dejó de cumplir su verdadera función, para convertirse en un bene cio dependiente.

“El cestatique debe asegurarle la comida a un trabajador en horas de trabajo, ahora los empleados dependen de ellos para tener comida al mes y no es suficiente”, criticó.

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