Consumo de carne registra su mayor caída
Lourdes Botello vive el día a día, se sumerge en Las Pulgas vendiendo café para alimentar a sus tres hijos. Diario obtiene de 1.000 a 1.500 bolívares de ganancia, “compro carapachos, patas de gallinas, hígado. Lo que me sea más económico porque lo importante es comer”.
Ella es un minúsculo ejemplo de la caída del consumo de proteína animal. La Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), registra que en cuatro años bajó 228,5%. El nivel más bajo en los últimos 55 años porque los venezolanos no pueden pagar los precios del producto, a pesar de que es el más barato de América Latina.
Antes, (2012) un venezolano consumía 23 kilos de carne al año, y actualmente llegan a siete, la misma cantidad que consumía la Venezuela de 1980, cuando su población era de 15 millones de habitantes, la mitad de lo que hoy somos.
Carlos Albornoz, presidente de Fedenaga, manifiesta que la ingesta sigue bajando. “Es una cifra dramática porque se traduce en malnutrición, sobre todo, en los niños”. Ocho kilos bajó el consumo en solo un año. De 15 kilos per cápita en el 2015, para el 2016-2017 quedó en siete kilos la ingesta de carne por persona al año. Albornoz colocó el ejemplo con Paraguay, donde hay 6 millones de habitantes que consumen 42 kilos al año.
Daniela Aguilar, nutricionista de la Fundación Bengoa, informa que según sus estudios, la mayor parte de la población venezolana no está recibiendo los nutrientes necesarios para su normal crecimiento y desarrollo, por lo que en el pasado año los casos de desnutrición, solo en el grupo infantil, crecieron más de 20%.
Lourdes cuenta que improvisa “sopitas” para darle de comer a sus hijos. “Tenemos mucho tiempo que no comemos carne o pollo, no me alcanza el dinero”. Antonia Áñez, licenciada en nutrición, explica que la carne de res es la más rica en proteínas, y de las más importantes en la dieta básica de cualquier persona. “Sus proteínas se convierten en aminoácidos, en los mejores aminoácidos y estos son los encargados de restituir los tejidos del cuerpo humano”.
La sugerencia para Botello, que trate de sustituir la carne por: garbanzos, lentejas, avena, que son altos en proteína, sin embargo, el precio de estos productos están igual de elevados que el de la proteína animal.
