Comida y criptominería despuntan como negocios
Semanas de esfuerzo, arduo trabajo y la inversión de 100 dólares para un horno permitieron que la pizzería de la familia Pernalete naciera hace 15 meses, en medio de una debacle económica nacional abrasadora. Luis y Carmen atendían al público en un inicio. Él preparaba las pizzas y ella las servía. Las ganancias impulsaron la prosperidad del negocio y hoy los hermanos solo se encargan de dirigirlo.
Ante la devaluación indetenible del bolívar, algunas personas se refugian tras la inversión de rubros que reúnen mayor clientela o donde se capten divisas extranjeras. La venta de comida rápida, la minería digital y la expansión de servicios en las licorerías son las actividades más atractivas para quienes aún quieren obtener grandes ganancias en el país.
El local de los Pernalete, ubicado en un club del sector Las Tarabas, produce más de 200 millones de bolívares cada semana, de miércoles a domingo, con apenas una venta de 20 a 40 pizzas por día. Aunque Luis, técnico en computación, tenga otras entradas económicas, la pizzería le brinda el mayor sustento para él, su esposa, tres hijos y sus padres.
“Cada quien tiene su trabajo, pero ahorita tener un solo ingreso no te sustenta en la casa”, expresa el padre de familia. Según el sociólogo especialista en emprendimiento empresarial, Gustavo Chourio, “todo lo que tenga que ver con alimentación y el entretenimiento son áreas que en tiempos de crisis nunca van a fallar, siempre van a tener cabida porque si la gente no puede salir del país, busca entretenerse de alguna manera”.
Chourio explica que, aunque en nuestra economía “nada es barato”, los comerciantes buscan renovarse y ampliar sus servicios para responder a las demandas de los consumidores sin dejar de obtener buenas cifras.
Los negocios se reinventan y otros nuevos crecen dada la coyuntura. Luis Pernalete ofrecerá un nuevo producto en su local: sándwich submarino a 2 millones 500 mil bolívares, la mitad de lo que cuesta una pizza familiar. “Un pan con salsa de pizza, jamón y queso. Lleva menos queso y menos salsa, por lo tanto se ocasiona menos gasto”.
Licores y criptomonedas
Los fines de semana es más frecuente observar entre 80 y 100 personas frente a las licorerías de la zona norte. La música en vivo y la variedad en sus productos representan la atracción de entretenimiento para quienes no pueden costear una salida a un bar, tal como los cafés que ampliaron sus menús hasta con platos fuertes para atraer mayor clientela.
Franklin González, expresidente de la Federación Venezolana de Licores, admite que el sector es una de las pocas actividades económicas que pese a la coyuntura mantiene sus niveles de inventario y de consumo altos. “Incluso en los momentos más críticos tenemos una cantidad aceptable de productos para atender la demanda”.
González también resalta la migración de consumidores a bebidas artesanales por los altos costos del alcohol de alta gama. El cocuy de penca despunta como la más demandada, sin embargo, advierte los riesgos en la salud pública al no contar, muchas veces, con un control sanitario.
Otro de los negocios en auge en el Zulia es la minería digital. Helímenas Espina, investigador de criptomonedas, estima que en los últimos dos meses la actividad aumentó en la región de 30 a 40 %. Sostiene que la minería resulta un negocio generoso para la clase media alta, que puede invertir hasta 6 mil dólares en una máquina y recibir mil dólares por cada una mensualmente.
“La ganancia es rentable porque tenemos una ley de criptoactivos bastante débil que no te habla de ningún cobro de impuestos, porque la minería no es considerada una actividad económica”, refiere.
La venta de bebidas lácteas, servicios médicos y de mercadeo especializados, son otras buenas fuentes de ingreso en estos tiempos.
