El diario plural del Zulia

Aplican alcabala ideológica con las bolsas de comida

El Estado Mayor de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), presidido por Magdelys Valbuena, presidenta del Consejo Legislativo del Estado Zulia (CLEZ) enfrenta denuncias por múltiples irregularidades en las entregas programadas de las bolsas con alimentos.

En una reciente reunión con representantes de los CLAP en cinco parroquias del oeste de Maracaibo, Valbuena insistió en la necesidad de coordinar esfuerzos con los cuerpos de seguridad para evitar el contrabando y la especulación con los productos de primera necesidad, entre otras irregularidades en el programa.

En un recorrido por varias comunidades Versión Final recogió además denuncias por supuesta discriminación política y sectorial establecida por miembros de los Consejos Comunales al momento de distribuir las bolsas de comida. También hubo señalamientos por la venta de planillas.

Residentes del sector Las Amelias, Los Mangos, Santa Lucía, Valle Frío y Veritas, rechazan la discrecionalidad que hay en los despachos. Advirtieron que los conocidos o familiares de los representantes de Unamujer, de las Unidades de Batalla Bolívar Chávez, del Frente Francisco de Miranda y de los Consejos Comunales, que integran los CLAP, tienen privilegios al momento de las ventas.

“Los CLAP son pura mentira, eso solo llega a los que están metidos en el Consejo Comunal, el resto queda eliminado. Hemos quedado peor porque ahora los supermercados no tienen regulados porque se los dan al CLAP y los encargados se los agarran para ellos. A los que firmaron para el revocatorio le niegan las bolsas”, cuestionó Rafael Guevara, de Valle Frío.

Valbuena rechazó el cobro de las planillas y aseguró que ningún Consejo Comunal tiene derecho a establecer costos pues un servicio gratuito para el pueblo, sin embargo, líderes siguen cobrando el proceso.

“Eso de las bolsas es una mamadera de gallo, ya he pagado dos veces Bs. 100 y nada que llegan. Esas bolsas se las reparten entre ellos mismos y los que más necesitamos no somos tomados en cuenta”, insistió Luis González, habitante de “Las Amelias”.

Exclusión política

Aunque los CLAP fueron presentados como mecanismos para mitigar la escasez y distribuir productos equitativamente y sin exclusión, vecinos opositores en distintas comunidades aseguran que este tipo de afirmaciones por parte del oficialismo están lejos de la realidad. El mecanismo de distribución obliga a los venezolanos a insertarse en las estructuras organizativas creadas por el chavismo para poder tener acceso a los alimentos.

Quien no lo haga queda por fuera. Los CLAP se eligen en asambleas hechas entre los miembros de los Consejos Comunales, las Unidades de Batalla Bolívar Chávez (UBCH), Unamujer y el Frente Francisco de Miranda, todas organizaciones politizadas en mayor o menor medida.

“Muchas personas han dejado de recibir las bolsas por ser opositoras o porque no les agradan a los líderes del CLAP. Hay quienes dejaron de firmar para el revocatorio por miedo a dejar de recibir las bolsas, el programa se convirtió en un chantaje político”, explica Ana María Osorio, Gerente de investigación y análisis de la Fundación Zulia Productivo, quien estuvo a cargo de un estudio de campo de los CLAP entre Maracaibo y San Francisco.

Leopoldo Arria, habitante de Santa Lucía rechazó que encargados del CLAP en su comunidad priven a opositores de las bolsas de comida por ir en contra de la revolución. Alrededor de 20 personas opositoras han sido excluidos en el sector. “Solo llaman a los que apoyan a Maduro, en las noches vemos como salen con las bolsas de comida los mismos de siempre y luego dicen que no han llegado (…) Se las reparten entre ellos”, declaró.

El pasado mes la gobernadora oficialista del estado Cojedes, Erika Farías, acentuó la discriminación que existe en el programa asegurando que no son para opositores. “En los CLAP no puede haber ‘escuálidos’, bachaqueros ni contrarrevolucionarios”, declaró. En ese sentido, destacó que para que esta premisa se cumpla, los comités deben aplicar una “pedagogía política” para “vencer convenciendo” a quienes no están con “el proceso”.

Osorio, informó que la comunidad de las Villas Camino de la Lagunita quedaron excluidos del programa de alimentación por no ser de clase baja. “El sector que nos queda en frente ya recibió las bolsas y a nosotros ni nos han censado, nos dijeron que teníamos que sembrar alimentos en colaboración del programa para ver si podíamos optar por los productos porque ‘somos personas pudientes’ , pero todo el mundo es golpeado por la crisis”, manifestó Mariana Castillo.

 

 

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