El diario plural del Zulia

Alcohólicos Anónimos: “Venezolanos no dejan de beber pese a la crisis”

La institución señala que mucha gente acude al uso de recursos adictivos en estos momentos que vivimos, incrementándose el consumo por la vía artesanal

Al llegar el fin de semana pareciera que el venezolano olvidara por completo los conflictos que se presentan en el país, pues la hiperinflación no parece un problema, ya que las licorerías de las ciudades como Maracaibo cuentan con un flujo bastante alto de personas y se suele decir cotidianamente: “¡Fíjate, las licorerías están full! ¿Cuál crisis?”.

El ron de caña, el whisky y hasta la cerveza han sido desplazados de las copas por las bebidas espirituosas de baja calidad, también conocidas como “gasolinas”, por su fuerte sabor y alta concentración etílica, entre ellas el cocuy de penca.

El ciudadano sigue bebiendo a pesar de la situación por la que atraviesa el país y que “ahoga” también al sector licorero, de acuerdo a lo que hemos podido constatar en los depósitos de venta en la capital zuliana.

Venezuela es uno de los cinco países latinoamericanos que más consume alcohol; la crisis y los niveles inflacionarios han llevado a sus habitantes a ingerir bebidas embriagantes de baja calidad y dudosa procedencia.

Los problemas que nos aquejan y los estados de ansiedad relacionados con la falta de liquidez, escasez de alimentos y medicinas están permitiendo que aumente el consumo de alcohol.

Miguel Cantillo, de 45 años, consumidor habitual, afirma que ya no ingiere cerveza por el elevado costo y señala que “una fría está muy cara y uno no se toma una sola”. Agrega que una solución a los exorbitantes precios es hacer “una vaca” entre el grupo social y de esta manera minimizar los costos o comprar cualquier “guarapita” (bebida de fabricación casera).

Hay que beber para olvidar un rato los problemas que todos tenemos y distraernos un poco.

Marcos Urdaneta asegura que han tenido que cambiar sus encuentros sociales por la falta de efectivo y hacen “malabares” para ahorrar. Recalca que ya no toma como antes, pero siempre se bebe su “cañita” de vez en cuando, porque a su juicio es la única forma de enfrentar la vida que estamos llevando sin alimentos, ni medicamentos y hasta sin dinero para comprar algún estreno.

Aumenta el consumo

Franklin Ramírez, miembro de la junta directiva de Alcohólicos Anónimos en el país, conversó con Versión Final sobre el tema y manifestó que mucha gente acude al uso de recursos adictivos en estos momentos que vivimos, incrementándose el consumo por la vía artesanal, dejando atrás las bebidas tradicionales como el whisky, vino, champaña, ron, cerveza, por su alto valor.

El venezolano no ha dejado de beber pese a la crisis, aseguró.

Ramírez detalló que un 10 por ciento de las personas que ingieren licor llegan a desarrollar el alcoholismo y en Venezuela tenemos entre dos y tres millones afectadas en algunas de las cuatro etapas que tiene este trastorno, que va desde la prealcohólica hasta la crónica.

Citó que la oficina que trabaja en materia de adicciones de la Organización de la Nacionales Unidas (ONU) considera que el consumo desordenado de alcohol en América Latina ha aumentado en un seis por ciento en los últimos cinco años y ahí se incluye nuestro país.

La socióloga Catalina Labarca coincide con la apreciación de Ramírez y afirma que el consumidor habitual ante los problemas que le aquejan busca cada vez más escapar de la realidad, profundizando con ello su problema y su enfermedad.

A mi juicio, frente a la crisis crece el consumo en los que se pueden considerar enfermos, pero tal vez no así entre los llamados “bebedores sociales”, que por los altos costes de las bebidas, toman menos.

Preocupado el sector licorero

La presidenta del gremio que agrupa al sector en el Zulia, Soraya Laguna, mostró su preocupación por el consumo indiscriminado que se observa de bebidas de fabricación dudosa, ante el aumento del valor de las que se ofrecen en los sitios de venta legales.

Frente a la problemática económica las ventas de los licores en los “depósitos” han disminuido en un 55 por ciento y estimamos que un 30 % del comercio en este ramo ha cerrado sus puertas, informó Laguna.

También asegura que se ha proliferado la venta de mucha “caña” sin cumplir con ningún tipo de permisología por el bajo importe. “La mayoría de ellas, incluyendo el cocuy, está por debajo del precio de una caja de cerveza que es lo más barato que se ofrece en los sitios de venta legal, aseguró.

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