El diario plural del Zulia

Ahorros de 30 años de trabajo no alcanzan para comer un día

Pensionados esperan hasta 10 años para cobrar moras. Eliminación de “ceros” es una de las aristas de la problemática

María Castillo entró llorando al colegio Rómulo Gallegos hace unas semanas. Miraba una hoja blanca, de forma rectangular. El cheque, además de una ventana de lágrimas, tenía solo seis ceros: Bs. 1.800.000. Esa es la suma que hace dos años debió pagarle la cartera ministerial.

Le hubiera alcanzado para cubrir cuatro meses de la Canasta Básica Familiar, que entonces se calculaba en Bs. 365.101, jamás un carro o una casa. En mayo de este año, el indicador llegó a 301 millones 138 mil 353 bolívares y solo un cartón de huevos vale más de cuatro millones.

Castillo se sintió dentro de un laberinto oscuro. Toda una vida de entrega, esfuerzo y espera, para no percibir lo que se necesita para comer ni un día. Ni un kilo de harina, arroz, azúcar, pasta o leche se pudo comprar con el pago de 25 años de trabajo en Venezuela.

Jubilados de entes públicos, como el Ministerio de Educación, Cultura o Salud, cobran montos irrisorios que se ríen de la escalada de precios a nivel nacional. El órgano gubernamental está en mora. No paga las gratificaciones en el lapso de cinco días tras el cese de la relación laboral —como manda el artículo 142 de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras (LOTTT)—, sino dos, tres, cuatro, siete y hasta 10 años después del término del trabajo, que es de veinticinco años en el caso de las mujeres de 55 años u hombres de 60, y de 35 años, independientemente de la edad. “Me hubiera dedicado a otra cosa”, expresó Castillo, con cheque en mano. Pero su vocación la mantuvo por más de 25 años entre pupitres, pizarras y escolares, sin saber que el bolívar se desplomaría junto con sus expectativas.

Un duro golpe

Quienes exaltan la cultura también sufren. Jesús González —nombre utilizado a petición— cobró Bs. 100.000 el año pasado por 33 años de vida en la Orquesta Típica del Zulia. “Lo gasté en la panadería. Este año, con eso no podría comprar ni dos panes y mi padre de 90 años, hijos y nietos me necesitan”.

Los extrabajadores de PDVSA no quedan exentos, Douglas Pereira, asesor de la Asociación de Jubilados de la Industria Petrolera, recuerda que desde 2016 se adeuda el pago a más de 28.100 jubilados, aunque algunos de ellos han muerto en la espera. “Empleados como los marineros cobran aproximadamente entre siete y nueve millones de bolívares como prestación, la suma depende del
rango, cargo y años de servicio”.

Niurca Curiel, enfermera grado 22 jubilada en enero de este año, cobró en mayo Bs. 2.300.000 como prestaciones sociales por los 34 años que perteneció a la Secretaría de Salud del Zulia. Serían solo tres millones si se le suman los cuatro adelantos de prestaciones que pidió en años anteriores. “Si pedía trescientos mil, me daban cien mil, así que no adelanté mucho. El monto de las prestaciones es bajo, ya no se puede ahorrar”.

La mujer de 55 años explica que el Ministerio de Salud realizó el depósito casi “de una vez”, luego de solicitarlo.

Pero en adelante, el pago mensual de su pensión será de solo seis millones, el 80 % del sueldo que esté vigente más cestatique. “No he gastado los dos millones porque con eso no podría comprar un pollo”, lamenta quien recibe el apoyo económico de su hija residente en Perú.

¿Eliminación de “ceros”?

Entre 100 y 150 reclamos por mes llegan a la calle 66-A con avenida 9-B, sector Tierra Negra, donde el Colegio de Licenciados en Educación del estado Zulia tiene su sede. En total, 1.500 maestros han solicitado sus pagos a la Gobernación del Zulia, de los cuales 400 esperan desde hace tres y 10 años por la remuneración, según cifras de Rafael Rincón, presidente del Colegio de Licenciados en
Educación del Zulia.

“No se puede viajar con la liquidación, se va en la compra de un día”, afirma. Sabe que este año los pagos de nuevos jubilados no pasarían de unos 20 millones, que cobrarían para el año 2020 si los Gobiernos nacional y regional mantienen el retraso.

El jubilado en 2003 del liceo Vicente Lecuna, también sufrió los efectos de la inflación. En 2005, cuando cobró 103 millones de prestaciones, solo pudo comprar comida y hacer reparaciones menores a su vivienda.

“Por la mora me correspondían 120 millones más. Cuando el presidente Hugo Chávez eliminó los tres ceros de la moneda, se transformaron en Bs. 120 mil, que me los pagaron apenas en enero de este año. Ni para un refresco alcanzó”. Actualmente, la mora representa un 20 % de la tasa activa en el Banco Central de Venezuela (BCV). Así se calcula.

Distorsión económica

Esos 120 mil bolívares que cobró Rincón serán 120 bolívares dentro de unos meses, de llevarse a cabo la nueva eliminación de tres dígitos anunciada por el presidente Nicolás Maduro.

En otro país, los 120 millones del año 2005 no se habrían transformado, 13 años después, en 120 mil bolívares. El valor del trabajo, al igual que la moneda, también parece devaluarse. El docente desconoce la cantidad actual de jubilados en su gremio porque se mezcla con quienes están en lista de espera.

Respaldo legal

El ordenamiento jurídico venezolano regula las relaciones laborales entre Estado y trabajador público, y patrono y trabajador privado. Iván Díaz, abogado laboral, explica que el trabajo es un hecho social, amparado en la Constitución, que debe ir más allá de la remuneración por un servicio.

“Se debe garantizar la calidad de vida de la persona. Hay un problema entre la Ley y la práctica, que lleva a los acuerdos extrajudiciales y a esperar que el patrono pague cuando quiera. La situación económica del país afecta la realidad jurídica de sus habitantes”.

Díaz destaca que los abogados intentan que los derechos de sus clientes estén al día o que no se lesionen. “Pero en estas circunstancias se hace difícil. Lo que recomendamos es acudir al anticipo de prestaciones sociales, que es una gura excepcional contemplada en el artículo 144 de la LOTTT en la que el trabajador puede obtener hasta un 75 % de lo acreditado en sus prestaciones. Puede justificarlo en varios supuestos: si va a construir o adquirir una casa, la liberación de una hipoteca, algún gasto médico o escolar. Quien tenga un año laborando puede pedir ese anticipo”.

Recomienda cambiar bolívares a divisas para ahorrar, construir o invertirlos. “Actualmente es mala idea que la persona guarde sus prestaciones sociales”.

Cientos de profesionales prefieren dedicarse a trabajos informales o dejar el país sin jubilarse. Julio Castro, de la Red Médicos por la Salud, informó en mayo que unos 200.000 galenos se fueron de Venezuela. El fruto económico de una vida de entrega a labores loables como enseñar, culturizar y sanar se vuelve “sal y agua”, a raíz de la crisis devoradora de salarios.

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