80% de las empresas del país se encuentran paralizadas
Entre el 70 y 80 % de la capacidad instalada de las empresas del país se encuentran paralizadas. Así lo denunció Ricardo Cusanno, primer vicepresidente de Fedecámaras. “Hoy los empresarios hacen de tripas corazón para tener las santamarías arriba”, resaltó.
Durante un encuentro con periodistas, acompañado de sus homólogos de Falcón y Zulia; Daniel Villa y Franco Cafoncelli, respectivamente, de la presidente de Consecomercio, María Carolina Uzcátegui; y el director de la Cámara Inmobiliaria, Carlos Alberto González, calificó la situación de “terrorífica”.
Enfatizó que la escasez de dinero en efectivo, las fallas en los servicios básicos y la crisis energética que afecta a todos los venezolanos han agravado la situación del sector.
Detalló que las consecuencias de los cierres y expropiaciones que inició en 2008 los vemos hoy en términos de productividad.
De 6.900.000 establecimientos que había hace 10 años, menos de un 50 por ciento de ese universo están operativas.
En su opinión, “la anarquía nacional obedece a la falta de lógica y coherencia en materia monetaria, fiscal y cambiaria”. Cusanno asegura que “el nivel de productividad general en el sector privado está en menos del 30 por ciento de su capacidad instalada”.
A su juicio, una de las soluciones a la crisis económica y social del país es abrirse a la ayuda humanitaria de la comunidad internacional, aunque los gobernantes no muestren señales de procurar conexiones:
Venezuela no puede vivir aislada de procesos de integración. Hoy estamos fuera de la Comunidad Andina y somos relegados del Mercosur, lo que genera incomodidad para exportar e importar, expresó.
Los empresarios advirtieron que la escasez de dinero en efectivo, y la crisis energética ha provocado que el sector productivo nacional solo genere actualmente un 12 % del consumo de bienes, servicios, alimentos y medicamentos.
Coincidieron en que todos estos problemas “condenan a muerte la producción local”, y aseguran que “el cierre de las fronteras aérea y marítima con Aruba y Curazao afectan directamente a siete mil puestos de empleos en Falcón”, por lo que consideraron a esta crisis como “la más profunda en la historia de Venezuela”.
