El diario plural del Zulia

"16 de Julio" reitera rechazo al diálogo: "Con el régimen no hay nada que hablar"

Instaron a los demás parlamentarios a que "se instrumente el mandato refrendado por más de 7.6 millones de venezolanos en la consulta popular del 16 de julio del presente año"

Este martes, el diputado a la Asamblea Nacional (AN), Richard Blanco, denunció que no se les concedió el derecho a palabra a la fracción denominada "16 de julio", desprendida de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), durante la sesión ordinaria del Parlamento.

Debido a ello, los diputados emitieron un comunicado en rechazo a la aprobación del informe presentado en la AN donde se aprobó el proceso de diálogo entre el Gobierno nacional y la oposición.

"Creemos que con este régimen no hay nada que hablar, sobre todo si antes no hay demostraciones fehacientes de buena voluntad y de acatamiento a la voluntad popular, que exige cambio político inmediato, clausura del fraude de la Asamblea Nacional Constituyente, cese de la represión, liberación de los presos políticos y rectificaciones de fondo a la política económica", reza parte del texto.

De esta forma, instaron a los demás parlamentarios a que "se instrumente el mandato refrendado por más de 7.6 millones de venezolanos en la consulta popular del 16 de julio del presente año, y a conjugar todos los esfuerzos para propiciar el cambio político".

 

A continuación el comunicado íntegro:

La Nueva, Democrática, Opositora y Unitaria fracción 16 de Julio, en respeto, y de acuerdo con el mandato popular de más de 7.6 millones de ciudadanos en la consulta popular de este año, fija posición con respecto al informe presentado, y a la “negociación” a ser realizada próximamente en República Dominicana.

Ratificamos nuestra posición al respecto: Creemos que con este régimen no hay nada que hablar, sobre todo si antes no hay demostraciones fehacientes de buena voluntad y de acatamiento a la voluntad popular, que exige cambio político inmediato, clausura del fraude de la Asamblea Nacional Constituyente, cese de la represión, liberación de los presos políticos y rectificaciones de fondo a la política económica. Solamente así tendría sentido hablar de un canal humanitario, que además no puede ser objeto de negociación, porque estaríamos jugando con la dignidad y la urgencia de la gente.

No satanizamos la figura de la negociación, pero ella, para que sea eficaz debe cumplir con un conjunto de requisitos de agenda, credibilidad de las partes, respaldo social y exigibilidad de los resultados que no están presentes en este nuevo episodio de los diálogos dominicanos. Pero la ocasión es propicia para recordar la agenda de puntos pendientes con el régimen, que deben exigirse con carácter previo a cualquier intento de negociación para su salida:

1) Cese inmediato de la ANC y declarados nulos todos sus actos. La simple existencia de la Asamblea Nacional Constituyente niega y vulnera toda institucionalidad democrática, comenzando por el éste, el Parlamento de la República.

2) Declarar de inmediato la emergencia humanitaria para Alimentos y Medicinas. Además de asegurar que cualquier ayuda humanitaria que sea destinada a Venezuela sea coordinada y dirigida por una administración distinta al régimen, cuyos programas sociales son excluyentes, sectarios y muy poco efectivos.

3) Acordar un nuevo sistema electoral libre de manipulaciones, arbitrariedades y ventajismos. No es solamente la instrumentación de un nuevo CNE, el cual debe ser objeto de revisión y transformación organizacional en su totalidad. Es necesario tomar todas las decisiones para que puedan ocurrir elecciones limpias y creíbles, civiles y sin la odiosa tutela de las FFAA.

4) Libertad plena de todos los presos políticos, cese de todos los procesos asociados a la persecución política, dejar sin efecto las inhabilitaciones contra los dirigentes de la oposición, y permitir el registro libre y competitivo de los partidos políticos.

5) Reconocimiento de la Asamblea Nacional y de todos sus actos dictados.

Nosotros no podemos convalidar una situación de facto en la que han violado y se siguen violando todas las garantías y derechos ciudadanos.

Si se dieran las condiciones exigidas, la negociación debería ser parte de un proyecto nacional de restauración de la república, para resolver puntos álgidos, en donde interesa mantener la paz, reestablecer la justicia y darle sostenibilidad a la prosperidad nacional. Eso no es lo que está planteado. Se ha organizado más de los mismos esquemas fracasados, que le han permitido ganar al régimen el tiempo y la legitimidad que necesitan para mantenerse en el poder.

Queremos rechazar con mucha firmeza la tergiversación de la consulta efectuada a los sectores sociales. Esa consulta no arrojó el consenso ni el respaldo necesario para validar la asistencia a los diálogos dominicanos. Todo lo contrario. Denunciamos que se intenta ir a esa dialogo sólo cubriendo las “formas” y no el “fondo”, que es la búsqueda de los resultados que exigen los venezolanos.

En este sentido, por cuanto al artículo 201 constitucional establece que los diputados se deben sólo a su conciencia, debemos comunicar formalmente nuestra decisión de no participar, ni avalar ningún proceso de negociación cuyo objetivo no apunte a restaurar la república como única vía posible para resolver la crisis política, social y económica que asola a los venezolanos.

Expresamos nuestra preocupación por el resultado de un proceso de negociación cuyo interés no nos resulta claro, y que continúa avanzado haciendo caso omiso de las voces que exigen se construya un camino consensuado para el cambio político. Mucho tememos que el resultado de esta negociación resulte más útil al gobierno que al pueblo venezolano.

El llamado es por tanto, a los compañeros de la Unidad a que se asuma y se instrumente el mandato refrendado por más de 7.6 millones de venezolanos en la consulta popular del 16 de julio del presente año, y a conjugar todos los esfuerzos para propiciar el cambio político.

Por lo anteriormente expuesto, nosotros, diputados integrantes de la fracción 16 de Julio expresamos, por respeto a los ciudadanos, nuestro voto negado.

Posición suscrita por los Diputados

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