Yo creo en Venezuela, Jorge Sánchez Meleán
Yo creo en una Venezuela fundamentada en los valores de la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político. Yo creo en la Venezuela que respete la soberanía popular, la democracia de representación-participativa, y el estado de derecho.
Yo creo en la Venezuela que respete el acceso al poder y su ejercicio para lograr el bien común. Creo en la que respeta al sufragio universal y secreto en forma periódica y libre. Creo en la Venezuela donde exista no solo legitimidad de origen sino de ejercicio del poder. Creo en la Venezuela donde exista transparencia y probidad en el ejercicio del poder, en la que exista libertad de expresión y de prensa y en la que impere la subordinación constitucional de todas las instituciones del estado a la autoridad civil.
Creo en una Venezuela donde la Fuerza Armada Nacional sea una institución profesional, sin militancia política, al servicio exclusivo de la nación y sometida al poder civil. Yo creo en una Venezuela donde el estado sea garante de la defensa y desarrollo de la persona humana y del respeto a su dignidad. Creemos en la Venezuela donde se dé la verdadera participación ciudadana en las decisiones que conciernen su destino. Asimismo, creemos en la Venezuela donde exista un Estado Federal Descentralizado como forma ideal para lograr la unidad dentro de la diversidad.
Yo creo en una Venezuela donde el orden democrático y el desarrollo económico-social se refuercen mutuamente. Creemos en una Venezuela con un modelo económico social basado en la libertad y en la sana intervención del estado. Creemos en una Venezuela que respete la justicia social, la libre competencia, la iniciativa y la propiedad privada, la productividad y la solidaridad.
Creo pues en una Venezuela que respetando la Constitución, haga posible un modelo de economía social de mercado. Pero es evidente que no podemos creer en una Venezuela manejada al margen de la Constitución vigente. No creemos en una Venezuela socialista, centralista, militarista y policial.
No podemos aceptar a una Venezuela sin democracia y al margen del estado de derecho. Nos cuesta creer que Venezuela haya sido convertida en un reino socialista donde impera la pobreza, el desabastecimiento, la inflación y la indigencia creciente. En una Venezuela militarizada que ha arrinconado a la mediocre autoridad civil, nadie puede creer. Por ello, quienes creemos en la Venezuela respetuosa de la Constitución, basados en los mecanismos de participación que ella establece, debemos acabar con la Venezuela de segunda, en la que nadie cree, para construir la Venezuela en que todos creemos, fundamentada en la libertad, la justicia y el respeto a la persona humana. Yo sí creo en una Venezuela que nada tiene que ver con el triste espectáculo que estamos viviendo. Pero debemos edificarla entre todos.
