Venezuela es vida, por Francisco Arias Cárdenas
Imposible no ser optimista sobre nuestro futuro, por encima de las dificultades ocasionadas por la situación económica internacional, y las provocadas por quienes quieren el poder a cualquier precio. La gente buena de nuestra patria y la juventud nos llenan a todos de esperanza.
Un excelente ejemplo de esa vida que bulle en nuestra nación son los jóvenes subcampeones mundiales de fútbol de la categoría Sub-20: son venezolanos, y lo que lograron –un sitial inédito en la historia futbolística del país– fue gracias a la disciplina y el esfuerzo. Igual sucede con todos los deportistas que hoy nos brindan alegría y orgullo en diversas disciplinas y escenarios internacionales; todos juntos, forman la Generación de Oro del deporte de Venezuela, la cosecha de los últimos años de acertadas políticas deportivas.
Sin mezquindades, todos los venezolanos de espíritu sano celebramos estas victorias de muchachos y muchachas nuestros. Ellos son la mejor demostración de que nuestra patria tiene un potencial extraordinario. Allí se afirma nuestra propuesta de país, opuesta al injustificable accionar de quienes usan a los jóvenes como piezas de una maquinaria de violencia que solo deja muertes y dolor.
La vocación por la vida y por la hermandad emerge en cada rincón de la geografía nacional. En la reciente gira por el Sur del Lago recorrimos un mapa marcado por el espíritu batallador que heredamos los venezolanos. Fueron días intensos, recorriendo casa por casa, escuchando al pueblo en la calle, evaluando el avance de las obras destinadas a desarrollar al Zulia Potencia, con la agroindustria y el turismo. Gente hermosa habló de sus expectativas ante la Constituyente, en defensa de sus derechos, por la paz, por la unidad, por el progreso y la felicidad de todos, objetivo del socialismo, como repetía Chávez parafraseando a Bolívar. En esa tierra de milagros, con la bendición del Santo Negro, nos impregnamos de la energía del poder popular, para seguir venciendo obstáculos y unirnos por el futuro luminoso de nuestra amada Venezuela.
