El diario plural del Zulia

Vejez y esperanza, por Francisco Arias Cárdenas

La vejez comienza cuando el recuerdo es más fuerte que la esperanza, reza un proverbio hindú. Los recuerdos no pueden ser el paliativo a la soledad, esa amenaza que se cierne sobre los días de la ancianidad. Y es por ello que la atención a la tercera edad es tan importante como política de Estado, porque la búsqueda del bienestar físico y material es un deber que no tiene excepciones y que se convierte en mandamiento cuando se trata de los seres más frágiles, más vulnerables.

Por esa razón nos llenamos de alegría con cada acción en beneficio de este grupo etario, a través de los programas de la Fundación Casa del Abuelo del Zulia, una institución que tiene la misión de brindar atención integral a la adulta y adulto mayor, sobre todo a los de escasos recursos económicos y que permanecen solos en sus casas. Más de 150 mil personas han sido atendidas este año, a través de las diferentes actividades; actualmente existen cuatro centros de atención diurna, y están en conformación tres más. Allí reciben asistencia médica, nutricional, participan en actividades recreativas, reciben afecto y disfrutan de compañía. Son valorados como seres humanos con mucho aún por enseñarnos, por disfrutar y por compartir. También presentamos la Ley de los Servicios Sociales al Adulta y Adulto Mayor del estado Zulia, aprobada luego por el CLEZ.

La semana pasada mi esposa Margarita y yo vivimos en compañía de los sabios de la vida un momento conmovedor y gratificante: la reinauguración de la Casa del Abuelo Marcos Bracho, en el centro histórico de Maracaibo. Allí nació la fundación, hace dos décadas; la encontramos en el 2012 deteriorada y desolada, pero la rehabilitamos completamente, y hoy vuelve a entrar el sol alegre en espacios dignos, como lo merecen nuestros abuelos y abuelas.

Decía Nelson Mandela que una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos en mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada. Sigamos trabajando por todos y por quienes más nos necesitan, con esperanzas y concreciones.

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