El diario plural del Zulia

Una nueva victoria, por Hugo Cabezas

No hay lugar a dudas: el éxito de una política se mide por sus resultados. A qué viene esta afirmación, que no es nuestra, pero, que forma parte de largas reflexiones en el campo de la Ciencia Política. Innumerables han sido, y seguramente seguirán siendo, las discusiones sobre la misma, sobre el carácter coyuntural, sobre su incidencia en la conformación estructural de un determinado escenario político. Sea lo que sea, afírmese lo que se afirme: el éxito de una política se mide por sus resultados. El pueblo venezolano puede, y debe, sentirse orgulloso del éxito de la política internacional del Gobierno Bolivariano, presidido ayer por el Comandante Eterno, Hugo Chávez Frías y, ahora, por el presidente Obrero, Nicolás Maduro Moros.

Diecisiete años defendiendo la soberanía nacional, nuestro derecho a decidir por nosotros mismos el modelo de gobierno y de sociedad que queremos para nuestro pueblo, estimulando la conformación de nuevos modelos de integración universales, regionales y subregionales, colocando la cooperación, la solidaridad, el trato respetuoso, el establecimiento de un mundo multipolar, son entre otros, principios que han guiado, guían y seguirán guiando nuestra política internacional; porque hemos hecho de ella una política de Estado, le hemos hablado con franqueza, sinceridad y respeto a los demás países del mundo; la hipocresía, la mentira y el doble rasero, que caracterizó a la diplomacia cuarto republicana, han sido desterrados de la diplomacia revolucionaria. Por eso se nos reconoce, se nos respeta y se nos valora.

Los resultados están a la vista. El gobierno de los Estados Unidos, que es el que dirige la política golpista contra nuestra Patria, se jugó el jueves 29 de septiembre pasado una nueva carta desestabilizadora. En esta oportunidad, lo hizo a través del gobierno títere del Paraguay. El escenario escogido fue la reunión del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con sede en Ginebra.

En dicha reunión, el representante de Paraguay, en nombre del gobierno de esa nación presidida por el ilegítimo Horacio Cartes, quien tiene un oscuro prontuario por la cantidad de delitos cometidos, que van desde sus vínculos con el contrabando, el narcotráfico, la evasión fiscal, el envío de remesas ilegales; hasta, delitos políticos al haber violado la Constitución de su país, los estatutos internos del Partido Colorado, y pare usted de contar.

Teniendo como vocero a semejante peón, el gobierno de los Estados Unidos volvió a ser derrotado. Los volvimos a derrotar. La propuesta que presentaron contra nuestra Patria y su Gobierno Revolucionario, alcanzó solo 21 adherentes, como dato importante debemos decir que Costa Rica fue el único país de América Latina y el Caribe que los acompañó. Por su parte, la propuesta de reconocimiento al carácter respetuoso de los Derechos Humanos que ejercita nuestro gobierno contó con el apoyo de 88 países. Léase bien: OCHENTA Y OCHO, más del 400 % de los obtenidos por ellos, gobiernos miembros de dicho organismo apoyaron a Venezuela.

Victoria irrefutable. Victoria que demuestra la enorme solidaridad, comprensión y respeto que tienen las naciones del mundo por nuestra Patria y su Gobierno. Los agoreros de siempre, los de adentro y los de afuera, qué dirán ahora. El argumento de la chequera petrolera no les da. Lo más seguro es que, cada vez que intenten una nueva acción contra la Patria de Bolívar y Chávez, nuevas derrotas le vendrán. Mientras el pueblo venezolano celebra esta nueva victoria; lo más seguro es que los internacionalistas del oposicionismo, andarán de bufet en bufet. Con este naufragio de la política intervencionista imperial, se comprueba que el éxito de una política se mide por sus resultados.

 

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