El diario plural del Zulia

Tomamos nota, por Hugo Cabezas

¡Qué pena! El oposicionismo golpista volvió a la OEA a acusar a Venezuela y, de nuevo, salió derrotada. Para ésta oportunidad, sus Mefistófeles le recomendaron se buscaran a alguien que le imprimiera un carácter más universal a su perorata. Nadie mejor que Luis Almagro. Excanciller de Uruguay y Secretario General de la OEA. Le hicieron un guión. Para ello, contrataron los cerebros más iluminados del jet set académico de la derecha Venezuela y sus países aliados. Forjaron fuentes, adulteraron datos estadísticos, plagiaron información, de todo hicieron, el rigor no les importó, nunca les ha importado, lo importante para ellos era elaborar un documento que hiciera ver que en Venezuela se vive una situación de caos. Somos lo peor del mundo, gritan a cuatro vientos donde quiera que van.

A dicho adefesio le pusieron nombre: “Informe del Secretario General de la OEA, sobre la grave situación de alteración del orden democrático que vive Venezuela”. Para avalar su presentación, en el Consejo Permanente de dicho organismo, recurrieron al art. 20 de la Carta Democrática Interamericana. A lo Jalisco, violaron todas las normas procedimentales para ello.

Como es su costumbre, montaron un show mediático. Le hicieron creer a sus correligionarios que la OEA había reconocido al Poder Legislativo como un poder de iguales alcances al Poder Ejecutivo. Disfrazaron a Ramos Allup, le pusieron un flux y una corbata que lo presentaran remozado; le nombraron un sequito, encabezado por la otra joya del Nilo, Willian Dávila, que nada sabe de relaciones internacionales, aunque a decir verdad, no sabe nada de nada. Con toda la pompa y la megalomanía que les caracteriza, anunciaron que hablaría en el Consejo Permanente.

¿Ingenuos?, no lo son. ¿Inexpertos?, tampoco. Entonces, ¿por qué fracasaron? Porque la mentira, como dice el pueblo, tiene patas cortas. Por mucho que tuvieran el apoyo de EE. UU., del Partido Popular y del gobierno español, del sionismo israelí, de Uribe y su claque de expresidentes corruptos y golpistas, y de algunos gobiernos del hemisferio, las pretensiones de aplicarle a Venezuela la Carta Democrática Interamericana, era un exabrupto, de tal magnitud, que las mismas fueron desoídas por la casi totalidad de los países miembros de la OEA. A ello, hay que agregar las brillantes intervenciones de nuestra canciller Delcy Rodríguez, quien con una gran sindéresis, poseída de una gran valentía, de una inmensa dignidad, haciendo gala de su enorme talento y capacidad intelectual y política, como se dice, igualmente, en términos populares, les dio el puntillazo, los termino de enterrar.

 

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