El diario plural del Zulia

Soberanía

La de Carabobo en 1821 fue la victoria decisiva en la gesta independentista. Luego de triunfar en ella los Patriotas, Caracas fue liberada unos días más tarde. Así lo aprendimos en los libros de historia. El 24 de junio se celebra el Día del Ejército, precisamente por la poderosa carga simbólica de la fecha. Pero hoy aquel logro de los héroes y el accidentado recorrido republicano de los casi dos siglos posteriores, con sus altos y bajos, con sus avances, paradas e incluso retrocesos, está en riesgo, acaso como nunca antes.

Podemos afirmar que hoy somos menos república, si se toma a ésta como un Estado organizado sobre la base de la igualdad de todos en libertad, tutelada por lo que Gallegos resumía “el imperio de las leyes bien cumplidas”. El poder limitado y no absoluto, distribuido y no concentrado, institucional y no personal se ha devaluado a un punto tal que su precariedad está en la base de nuestra crisis. Objetivamente, eso es muy poco discutible, porque la propaganda no sustituye a la verdad aunque lo pretenda y los hechos son demasiado gruesos como para tapar su enorme luminosidad con el dedo de las campañas publicitarias.

Y así como somos menos república, somos también menos independientes.

Al producir menos, dependemos más de las importaciones, pero al tener menos ingresos en divisas, porque también exportamos menos y debemos mucho más, tampoco podemos comprar afuera lo que necesitamos. Si fue irónico que un bolívar que fuera la milésima parte del anterior lo llamáramos “fuerte”, ya supera lo imaginable que uno que equivale a cien mil veces menos que éste sea llamado “soberano”.

Y conste que mi preocupación por la condición republicana y soberana de mi patria hoy y la que será en la patria de mis hijos y mis nietos, no se reduce al ámbito de la política o de la economía, con todo y lo importantes que ellas son.

En el mundo de hoy y el de mañana, es el conocimiento la medida de la riqueza y el potencial de las naciones. Pero nosotros tenemos hoy menos investigación científica y tecnológica. Las universidades se empobrecen. La matrícula universitaria viene retrocediendo y aumenta la proporción de docentes universitarios que dejan esa actividad o que se van del país. Los presupuestos universitarios van encogiéndose en términos reales. Si miramos a la escuela, me temo que tendremos noticias que no serán mejores.

No es irreversible la crisis que ha causado este retraso. La solución dependerá de nosotros los venezolanos.

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