El diario plural del Zulia

Retos y desafíos de los programas académicos en las universidades, por Judith Aular

Hace días, en el marco del I Congreso Internacional sobre Universidad, Libertad Académica y Derechos Humanos, organizado por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas (FCJP) de la Universidad del Zulia (LUZ) y la ONG Aula Abierta Venezuela, tuve el honor de presentar la ponencia “Retos y desafíos de la universidad para la consecución de programas académicos”.

Es evidente que la organización de la universidad latinoamericana, guiada por un modelo de profesionalización, sobre el cual se ha levantado su estructura docente, de extensión y de investigación ya se ha agotado y exige su ampliación. Aunque ese modelo es necesario para el crecimiento cuantitativo de la matrícula estudiantil y docente, es insuficiente para responder al modelo de universidad que necesita nuestra sociedad y cuyo reto principal es garantizar la calidad de la educación y su pertinencia social.

Ese desafío está claramente enunciado en el artículo 2 de la Declaración Mundial de la Educación de la Unesco que hace énfasis en la obligación de las universidades de “preservar y desarrollar sus funciones fundamentales, sometiendo todas sus actividades a las exigencias de la ética y del rigor científico e intelectual”.

América Latina y el Caribe tienen en sus universidades la mejor garantía para tener acceso a la revolución científica y tecnológica sin hipotecar su propio futuro. La universidad venezolana del siglo XXI debe generar conocimientos útiles para la sociedad, preparar a los estudiantes para un contexto laboral más flexible que el existente en décadas anteriores y ser el gran centro de debate público de temas nacionales e internacionales. Por eso en La Universidad del Zulia (LUZ) se está acelerando el desarrollo de experiencias como el diálogo intercultural en las diferentes escuelas, además de incluir en la reciente reforma curricular, cambios en los programas de pregrado para hacerlos más pertinentes e identificados con la realidad social, cultural y económica de todos los grupos que conforman la población zuliana.

Las universidades, instituciones al servicio del mejoramiento de la calidad de vida de quienes habitan nuestros países, debemos defender la calidad, la responsabilidad social, la identidad, la capacidad crítica, la inclusión, la democracia, la visión de derechos, el medio ambiente, la justicia, la equidad, la libertad y la palabra y, todo esto, pasa por la independencia y la autonomía. Ni neutros, ni neutrales, ni indiferentes, universitarias y universitarios, conocedores del entorno, comprometidos con la sociedad, responsables de las transformaciones necesarias, creativos, éticos y comprometidos con un país que merece un espacio para pensar, disentir, imaginar y convertir las utopías y los sueños de un futuro mejor, en realidades tangibles.

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