El diario plural del Zulia

¡Reforma de la Lopre ya!, por Luis Fuenmayor Toro

La Asamblea Nacional tiene una nueva composición. Por lo menos en lo que respecta al origen partidista de sus diputados. A diferencia de la Asamblea anterior, sus dos terceras partes están constituidas por políticos de los partidos que integran la Mesa de la Unidad Democrática. Esta nueva situación, en principio, y de acuerdo con las
declaraciones de sus dirigentes, significa que ahora sí el Poder Legislativo va a atender las necesidades
económicas, políticas y sociales del país. Esta vez, los diputados de la oposición conservadora sí
van a asistir a las sesiones del parlamento y no van a cobrar sin trabajar, como lo hicieron entre 2010
y 2015.

La necesidad político-legal más importante en la actualidad es la reforma inmediata de la Ley Orgánica de Procesos Electorales (Lopre) para rescatar la proporcionalidad electoral establecida en el artículo 63 de la Constitución. La composición de la Asamblea Nacional saliente y de la entrante es una clara demostración de lo que significa la ausencia de proporcionalidad. En el pasado, el Gobierno tenía un número de diputados 20 por ciento superior al de la MUD y solo había sacado uno por ciento más de votos. Hoy la MUD, con solo 18 por ciento más de votos, tiene las dos terceras partes de la Asamblea, o sea 34 por ciento más de diputados.

El sistema mayoritario actual solo da representación a los dos primeros privilegiando a quien tenga la mayoría. Esto es inconstitucional, absurdo e injusto, deja sin representación a los venezolanos votantes por otras opciones, conduce a la aparición de hegemonías autoritarias y no expresa la pluralidad del pueblo venezolano. Esta reforma
de la Lopre debería ser de consenso, pues es de interés de toda la nación e impide que una fracción política aplaste y desconozca a la otra, como ha venido ocurriendo hasta ahora y como puede seguir ocurriendo, por los vientos que soplan. La proporcionalidad electoral es hoy a la democracia venezolana lo que en el pasado representó la conquista
del voto directo, universal y secreto.

Quienes dicen ser los padres de nuestra democracia y quienes a rman haberla perfeccionado al hacerla participativa, deberían apoyar la incorporación de la representación proporcional en todos los órganos del poder, así como en sindicatos y gremios.

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