El diario plural del Zulia

Rechacemos la jaula totalitaria, por Manuel Ocando

Cuando los revolucionarios tomaron el poder en Cuba se perdieron muchas cosas y las perdieron sin caer en cuenta de lo que se aproximaba. Fidel Castro y su pandilla facinerosa fueron muy hábiles para engañar al pueblo cubano. Castro fue un genio malévolo, que supo muy bien con mentiras seducir y embaucar a los cubanos.

Fidel Castro con su gran perturbación y delirio, con un perfil sicopático, obsesionado por el poder, logró, desde su ilegítimo origen, que un pueblo lo siguiera, al menos al principio. Luego, al ver que ya no podía contar con el pueblo, impuso el sistema de terror. No hay palabras en el registro histórico universal que pudieran definir la maldad de este dictador.

Como se ve, la caída de Batista no fue sólo obra del denominado “Movimiento 26 de Julio”, organización política y militar cubana creada informalmente en 1953 por un grupo liderado por Fidel Castro, la cual atacó los cuarteles del ejército en Santiago de Cuba con el fin de derrocar al dictador Fulgencio Batista inspirado en el pensamiento de Martí. Muchos otros factores intervinieron, sobre todo el repudio masivo del pueblo a la dictadura, y el apoyo de otros grupos revolucionarios. Por esa revolución, Cuba perdió a muchos de sus hijos, quienes dieron la vida por un ideal que no era precisamente lo que luego impusiera Fidel Castro. Impresionante similitud al engaño sembrado por Chávez en Venezuela, guardando ciertas diferencias.

El éxito en las urnas del renovado movimiento socialista en Latinoamérica, inspirado por Fidel, primero con la aparición del chavismo en Venezuela y luego con las victorias electorales de una serie de antiguos guerrilleros y simpatizantes de la izquierda, fue seguido de fracasos en sus gestiones de gobierno que concluyeron con la caída de Dilma Russef en Brasil y la derrota del peronismo en Argentina, así como la profunda crisis que vive Venezuela bajo el régimen de Nicolás Maduro.

Si hacemos un paralelismo entre Cuba y Venezuela, Maduro está siguiendo el modelo cubano, con ligeras variantes porque 2017 no es 1960. Cada día hay más totalitarismo, cada día hay más control de la prensa y de la información. Si Cuba fue expulsada de la OEA el 31 de enero de 1962, y se burló de la expulsión hoy Venezuela no espera que la expulsen, y decide salirse de la OEA por voluntad propia. El régimen que gobierna a Venezuela, en esencia, es una entidad antidemocrática que ha secuestrado todos los poderes burlándose de la voluntad de los ciudadanos, pero que no podrá imponer la Constitución que les fue impuesta a los cubanos, a través de una Asamblea Nacional Constituyente comunal y sectorial.

Entre las razones que justifican el por qué no lo podrán hacer, cabe mencionar las siguientes: la unión de la oposición en torno al espíritu libertario nacional inspirado en el pensamiento de nuestro Libertador Simón Bolívar; las protestas en contra del régimen, extendidas durante mucho tiempo a todo el territorio nacional; la inclusión de los sectores más desposeídos de la población a la protesta de las clases medias y altas; las manifiestas divisiones y fracturas del chavismo en contra de la aprobación de una ANC comunal expresadas en forma contundente por la propia Fiscal General de la República; finalmente, la profunda crisis económica en la cual se encuentra sumida Venezuela producto de la destrucción del aparato productivo, la dilapidación de los recursos, la corrupción y la incapacidad gubernamental.

Debemos continuar protestando sin violencia en las calles, pues este es un derecho constitucional, y persistir con tesón en rechazar la construcción de esa jaula oprobiosa totalitaria similar a la jaula donde tienen encerrado al pueblo cubano desde hace 58 años.

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