El diario plural del Zulia

Pasión por Maracaibo, por César Ramos Parra

Las sociedades modernas deben marchar hacia un mayor cúmulo de poder y participación ciudadana en la construcción de los destinos de los pueblos, despertando su creatividad para la solución de aquellos problemas que afectan el día a día a sus pobladores, desarrollando el concepto de ciudadanía e impulsando la adopción de una nueva cultura, que dimensione en el ciudadano su sentido de pertenencia y amor por su patria chica, que despierte un alto sentido de respeto por los otros pobladores, por su ambiente y ornato y que todos sumen su esfuerzo, de manera consciente, al respeto de la ley, lo cual hará posible la vida en comunidad. En pocas palabras, que las personas dejen de ser “gente amorfa” para convertirse en “ciudadano activo”.

En nuestra ciudad de Maracaibo nos quejamos del problema de la basura pero vemos con frecuencia cómo irracionalmente lanzamos desechos a las calles, el irrespeto y abuso a las normas que regulan el tráfico vehicular, el poco interés por cuidar nuestro ambiente, plazas y parques públicos, la irracionalidad y anarquía en el cierre de calles y construcciones ilegales, todo lo cual es expresivo de un problema educativo que debe nacer en el hogar, que sobrepasa y arrincona a los funcionarios responsables y que lógicamente, van convirtiendo la ciudad en un verdadero infierno, donde todos terminamos hacinados. Estas situaciones no cambiarán con medidas coercitivas, si no decidimos actuar cada uno de nosotros, desde el ámbito de nuestra responsabilidad individual, desarrollando el apego al cumplimiento de la norma y no su evasión y asumiendo con claridad que “mis derechos” terminan donde comienzan los derechos de los demás.

De allí que, la descentralización del poder, transferencia de competencias y recursos a los municipios para las alcaldías, se convierte en la opción expedita para revertir esa cultura atrasada, siempre y cuando, los actores y líderes comunitarios tengan la formación, visión innovadora, proyectos concretos, experiencia y disposición para tomar decisiones audaces, liderazgo, poder de convencimiento y convocatoria para sumar con entusiasmo la población a los cambios que deben efectuarse. Allí radicará el nudo gordiano del asunto, para marchar con éxito a ese nuevo modelo de ciudad.

Hemos venido observando con verdadero interés y saludo con beneplácito, los esfuerzos que viene desplegando el Dr. Carlos Alaimo, un profesional y empresario innovador, exitoso, experimentado, que asume riesgos, es audaz, no solo para la consolidación del movimiento “Pasión por Maracaibo”, a través de un intenso trabajo en las comunidades, sino la conformación de equipos técnicos dirigidos personalmente por él, para el desarrollo de una propuesta seria con alcance de corto, mediano y largo plazo, orientada a la transformación del municipio Maracaibo, en su legítima aspiración de convertirse en el próximo alcalde de nuestra ciudad.

Cuando la política se transforma en servicio, las sociedades avanzan, las organizaciones se modernizan constantemente y los pueblos, depositarios finales de ese esfuerzo, se culturizan y desarrollan. De allí que, en medio de las dificultades que nuestro país confronta, por la supremacía hoy de la antipolítica, lo cual no será eterno, es saludable y encomiable la existencia de grupos y personas con estas iniciativas, que sueñan y trabajan por la construcción de un futuro mejor. Estos movimientos no surgen para ir contra nadie o de otras organizaciones políticas, sino por el contrario, para llenar vacíos que aquellas, por variadas razones, no han podido llenar. Este esfuerzo merece admiración, respeto, apoyo y una palabra de estímulo, como lo hago, para continuar avanzando con paso firme, en medio de las dificultades y construirle éxito y viabilidad a tan necesaria iniciativa. ¡Sigue adelante Carlos Alaimo!

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