El diario plural del Zulia

“Orgulloso de lo que soy”, por Carlos Vivas

Entre penas y alegrías, hoy se celebra el Día del Panadero, un oficio milenario que en los últimos días está siendo juzgado en nuestro país.

Y es que muchas personas ignoran el sacrificio que implica y rodea a esta labor. Llevo 15 años en este oficio que amo y me apasiona, y créanme que elaborar pan no es cuestión fácil. Cada día de trabajo de un panadero es un verdadero reto, sacar un producto de calidad implica muchos factores que muchas personas desconocen y que cada día se hacen más difíciles, porque sin harina no hay pan y sin pan no hay panadero.

¿Qué es el pan? Es el trigo transformado en harina, es la molienda, el cernido, el resultado transportado a la panadería. El pan, es el panadero trabajando, la amasadora en acción, los fermentos, la mesa... El pan es la buena masa, cuidadosamente amasada y metódicamente fermentada. El pan es la masa en todo su esplendor, dividida y pesada. El pan, es la masa correctamente fermentada, que finalmente, será bien horneada gracias a cada una de estas condiciones: trigo de calidad, molineros capaces, panaderos diestros y sobre todo motivados, que saboreen con orgullo el producto de su trabajo, para que este hable bien de él.

El que carece de pan, carece de todo. Es alimento, fuerza, medio de subsistencia. Además, es también algo que se comparte, un medio de comunión. El pan es sagrado siempre y en todo lugar, de ahí que no solo sea un alimento, sino que constituya, además, el símbolo de todos los alimentos del mundo.

Rara vez hay la oportunidad de ponerles rostros a los héroes anónimos que nos alimentan cada día. Y hoy, de repente, nos colocan el de malas personas. Molinos parados por falta de trigo, panaderías cerradas por falta de harina, pueblo hambriento por falta de pan. Todo se reduce a una causa y un efecto.

Es lamentable que estemos en esta situación. Culpan a los panaderos por el desabastecimiento en el país, pero ignoran los nombres de aquellos que se despiertan todos los días temprano, antes de que salga el sol para cocinar el pan que nosotros disfrutamos día a día en nuestras mesas, mientras muchos todavía duermen.

El pan ha alimentado a los ricos y a los pobres, a los blancos y a los negros, a los del norte y a los del sur. El pan ha estado allí para nosotros sin tintes políticos, y siempre de la misma mano, de la de un panadero.

Finalizo citando al escritor Pablo Neruda: “A menudo expresé que el mejor poeta es el hombre que nos entrega el pan de cada día: el panadero más próximo, que no se cree Dios. Él cumple su majestuosa y humilde faena de amasar, meter al horno, dorar y entregar el pan de cada día, con una obligación comunitaria”

En homenaje a todos aquellos que dan su vida en cada masa, en cada horneada, en cada pieza de pan, feliz día del panadero.

@Pan_divino

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