El diario plural del Zulia

Nuevo Cardenal venezolano, por Julio Portillo

La Iglesia Católica es elemento constitutivo de la nacionalidad venezolana, lo mismo que la historia, costumbres, lengua y tradiciones. La mayoría de los venezolanos profesan la religión católica. A la Iglesia debe Venezuela la fundación de las primeras escuelas, universidades, hospitales, acueductos.

El Papa Francisco ha nombrado el sexto cardenal venezolano en la historia de este país. Se trata del actual Arzobispo de Mérida, Monseñor Baltasar Enrique Porras Cardozo, nacido en Caracas el 10 de octubre de 1944. Los purpurados de rojo escarlata tienen categoría de príncipes, su dignidad es equiparada a una bisagra, porque son el punto de apoyo del Papa y la Iglesia toda.

Fueron con anterioridad Cardenales venezolanos José Humberto Quintero, merideño; José Alí Lebrun Moratinos, valenciano; Rosalío Castillo Lara, de Aragua; Antonio Ignacio Velasco, de Acarigua y Jorge Urosa Sabino, caraqueño. Monseñor Porras pasa desde el próximo 19 de noviembre a formar parte del Colegio Cardenalicio, que entre varias funciones tiene la de elegir al Papa en lo que se conoce como el Cónclave.

El Colegio Cardenalicio lo integran en este momento 228 miembros, de los cuales solo 121 pueden votar para elegir el nuevo Papa, Son 54 europeos, 17 norteamericanos, 4 centroamericanos, 13 sudamericanos, 15 africanos, 14 asiáticos y 4 de Oceanía. Italia tiene 25 cardenales, siendo el país que tiene más Cardenales.

No es extraño que desde Mérida, salga un nuevo Cardenal. La Diócesis de Mérida de Maracaibo fue creada el 16 de febrero de 1778 y elevada a la categoría de Arquidiócesis desde 1923. De su pionero territorio eclesiástico, salieron las Diócesis de Maracaibo, Barquisimeto, Barinas, Trujillo, Calabozo, San Carlos y El Vigía.

Monseñor Porras ha sido Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana y Vicepresidente de la Comisión Eclesiástica de Latinoamérica (Celam) y fue alumno de la Universidad de Salamanca en España.

El nuevo Cardenal ha sido crítico del chavismo. El 11 de febrero del 2002 gracias a sus buenos oficios, el entonces Presidente Chávez pudo salir ileso de la situación en la que se vio envuelto. La relación de aquellos sucesos escrita por Monseñor Porras ha sido calificada como la más veraz de lo que ocurrió en esa ocasión, por ser testigo de excepción y dando al traste con las versiones que puso a correr la historia oficial. Monseñor Porras integra el mejor gentilicio venezolano del momento.

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