El diario plural del Zulia

Nogales Méndez como Lawrence de Arabia, por Julio César Pineda

Entre los venezolanos universales reconocidos por otras historias y naciones está el tachirense José Rafael Nogales Méndez, nacido en San Cristóbal, en 1879. Una vida plena de realizaciones fundamentalmente fuera del país y esencialmente en el Imperio Otomano. Hombre de acción pero también de pensamiento. Desconocido en Venezuela, pero admirado y respetado en la Turquía de hoy. Sobre él nos tocará conversar en un seminario organizado por el Centro de América Latina de la Universidad de Ankara que se realizará en las próximas semanas en Bolivia. Como Lawrence de Arabia en los mismos tiempos y en los mismos lugares el venezolano dejó su huella en los campos de batalla pero también en su obra literaria. Igual que en Los siete pilares de la sabiduría, donde el británico narra su experiencia militar y humana en sus guerras contra los turcos en la Primera Guerra Mundial, Nogales Méndez con su libro Cuatro años bajo la media luna hace la crónica contra armenios, rusos y británicos.

Nogales Méndez es parte de la historia nacional y como tantos otros, dentro o fuera del territorio forman la columna vertebral de la venezolanidad. Pero también es parte del patrimonio de la Turquía de hoy con su democracia y gran desarrollo. Los turcos lo consideran un soldado ejemplar, las dictaduras de Castro y Gómez lo obligaron a vivir fuera del país y le negaron todo reconocimiento. Hoy lo vemos como un idealista al estilo del Quijote, inmerso en las letras y las armas. Pero deberíamos conocer más de él. Muy joven fue enviado a estudiar a Europa. En 1902 regresó a Venezuela entusiasmado por los ideales de la revolución libertadora de Castro y Gómez, pero se decepcionó. En 1898 lo encontramos junto a las tropas españolas en Cuba contra la invasión estadounidense. En 1904 se involucra en la guerra chino-japonesa. Siempre rechazó la nueva hegemonía estadounidense en el continente, por eso su participación en la Revolución Mexicana junto a Francisco Madero con quien la inició en 1910. En su libro El saqueo a Nicaragua demuestra su amistad y cooperación con Augusto César Sandino. En 1919 se fue a Alaska y se involucra en todos los proyectos de la fiebre del oro y también en la pesca de ballenas con los esquimales.

Su participación en el Imperio Otomano está recogida en sus libros Memorias y Cuatro años bajo la media luna. Contrario a la política de neutralidad de la Venezuela de Gómez y deseoso de involucrarse en la Primera Guerra Mundial. Es en Bulgaria, Sofía, donde por el acuerdo de diplomáticos alemanes y turcos, le permiten ingresar al Ejército Otomano, manteniendo la nacionalidad venezolana. El venezolano combatió bajo la bandera turca hasta 1918.

Pasó el año 1915 en el frente de la Anatolia Oriental, al pie del Cáucaso, antes de ser asignado a distintos frentes en Irak, Siria, Jordania, Palestina y el Sinaí. Manejaba varios idiomas y conoció la cultura de estos pueblos. Critica a la visión occidental de menospreciar la religión y la cultura de los musulmanes y minorías que vivían en la región. Después de la derrota del Imperio Otomano regresa a Estambul donde es reconocida su actividad y el sultán RashidEffendi lo condecora con la Estrella de Mechrdieh. De regreso a Venezuela se convierte en un ilustre desconocido. Su muerte pasó desapercibida y solo se le consideró como un aventurero en un mundo de revoluciones de fantasías. En nuestra región, actualmente Turquía tiene 12 representaciones diplomáticas, incluyendo la de Venezuela, y es cada vez más manifiesta la actitud de profundizar las relaciones diplomáticas, políticas, comerciales, tecnológicas, financieras y culturales. Tanto en el evento realizado previamente en Costa Rica como en el de Ecuador, tuvimos la oportunidad de conversar con los embajadores de Turquía en esos países, quienes han ratificado la importancia que Turquía le asigna a América Latina y el Caribe.

 

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