El diario plural del Zulia

Nadie nos gana en amor, por Francisco Arias Cárdenas

Al cabo de cien días de violencia en las ciudades más pobladas del país, ¿cuál es el mérito, cuál es el fruto bueno? Ninguno. Como bien decía Fray Luis de León, religioso y poeta granadino: para hacer el mal, cualquiera es poderoso. No se requiere más que una gran dosis de egoísmo para destruir, o para impulsar a otros a hacerlo.

La grandeza está en hacer el bien, que es germen de vida y paz. La inmensa mayoría de la gente de Venezuela aspira soluciones, y ansía retornar a sus trabajos, a sus estudios, a su cotidianidad familiar, sin la amenaza de las disímiles formas de terror que la dirigencia opositora extremista ha diseñado –bajo eufemismos como trancones y guarimbas– para derrocar el Gobierno, constitucionalmente electo, de Nicolás Maduro.

El pueblo merece un reconocimiento por la estoicidad con la cual ha resistido este asedio, precedido por una despiadada guerra económica que ha tenido una escalada, con capítulos bien marcados: bachaqueo, contrabando de combustible, desaparición programada de alimentos, de medicinas, de billetes… Y luego la destrucción de bienes, de empresas, y de lo irreparable: de vidas.

Decía Gandhi que el débil no puede perdonar, que el perdón es un atributo de los fuertes. El perdón de los familiares de las víctimas –altruista aporte a la conciliación– amerita nuestra reverencia y agradecimiento. Y como un homenaje a todos ellos, y a los venezolanos por su entereza ante tanto asedio y provocación, asumimos ahora con esperanza la elección de la Asamblea Constituyente, que es la máxima expresión de diálogo y razón para dirimir diferencias, definir estrategias de desarrollo sustentable y consolidar alianzas entre los diferentes sectores para superar las contradicciones, errores y obstáculos.

Vamos con la alegría de los jóvenes, con la experiencia de los empresarios, con la sapiencia de nuestros indígenas, jubilados, científicos; con la energía de los trabajadores, con la entrega de las mujeres y de todos los que amamos a esta patria. No lo dudamos: el bien y la paz triunfarán.

 

 

 

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