El diario plural del Zulia

Mujer, crisis y liderazgo, por Dra. Judith Aular de Durán

El Día Internacional de la Mujer nos obliga al análisis del liderazgo femenino en tiempos de crisis y desgaste social. Es cierto que la defensa de la mujer ha evolucionado notablemente en Venezuela, a través de instrumentos como la Ley de Igualdad de Oportunidades, pero también es evidente el descenso en la calidad de vida, con la terrible inflación, la escasez de alimentos y medicinas, las colas interminables integradas en su mayoría por mujeres que sin distingo político ni social se someten a continuas humillaciones que sepultan el derecho a la vida digna.

De nada valen las luchas reivindicativas si los gobernantes no son capaces de garantizar a la ciudadanía las condiciones mínimas de vida, salud y progreso. Sin embargo, pese al diagnóstico severo del país, no perdemos las esperanzas gracias a importantes logros como la renovación del cuerpo legislativo nacional y los esfuerzos por cerrar la brecha política discriminatoria que separa a los venezolanos.

Efemérides como el Día de la Mujer son ideales para acrecentar el liderazgo civil necesario para la recuperación del país y sus instituciones, sin el lastre de la discriminación política.

En LUZ, el liderazgo femenino se ha destacado. En sus aulas, la mujer zuliana y de otras regiones se ha preparado con las fortalezas y competencias que la hacen exitosa en diferentes campos profesionales.

El ejemplo más notable lo tenemos en nuestra universidad, con una participación femenina realmente asombrosa. Más del 60 % de la matrícula estudiantil está conformada por mujeres, inclusive en las carreras no tradicionales. Además muchas de ellas cumplen con la rutina compleja de ser madres, trabajadoras y estudiantes.

Hace 40 años sería inaudito pensar que 55 % de la matrícula de la Facultad de Ingeniería estuviera integrada por mujeres. O que el 80 % de los futuros profesionales de la Odontología corresponden al género femenino, disciplinas que eran de exclusivo dominio masculino.

Aún falta mucho camino por recorrer para la mujer venezolana. Hoy su principal reto es sumar dirección y esfuerzos en la construcción de una sociedad más tolerante y representativa. Su capacidad de liderazgo es esperanza para devolver el brillo a una Venezuela que se debate entre peligrosos retrocesos y que espera de sus hijos la suma de voluntades para salir adelante.

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