El diario plural del Zulia

Mucho ruido que aclarar en LUZ, por César Ramos Parra

Uno de los principios fundamentales que debe exhibir con autenticidad una institución universitaria es su transparencia. Sin embargo, no basta con la capacitación técnica de profesionales de calidad pues, su formación integral en valores le permitirá al futuro egresado un desempeño con apego a los principios deontológicos de su profesión. Se trata de formar hombres y mujeres para la vida, los nuevos líderes de la sociedad. De allí que el Profesor Universitario de hoy no sólo debe ser el facilitador que oriente su proceso de formación técnica para que este llegue a ser un profesional competitivo en su campo, sino que debe modelar con su conducta, el ejemplo a imitar por sus estudiantes. De igual forma, la universidad, como caja de resonancia de la sociedad, debe ser un templo del saber y por su naturaleza, una de las instituciones fundamentales que, conjuntamente con otras, como las organizaciones religiosas, contribuyan decididamente a la formación de la conciencia nacional.

Esta semana hemos sido sorprendidos por la denuncia de un grupo de estudiantes que vienen señalando, desde tiempo atrás, algunas situaciones irregulares en el comedor universitario. El comedor universitario representa una de las áreas más sensibles para nuestros estudiantes, fundamentalmente para los foráneos y aquellos jóvenes de bajos recursos económicos que deben permanecer todo el día en la institución, sin poder trasladarse a medio día a su residencia. De allí que la dependencia responsable (Didse), adscrita al Vicerrectorado Académico, deba extremar las acciones necesarias para garantizar la salubridad de sus ambientes, la debida conservación de los alimentos y la calidad nutricional de la oferta alimentaria que será consumida por nuestros estudiantes.

Por tal motivo, si un grupo de estudiantes manifiesta, a través de su legítima y respetuosa protesta su inconformidad, por deficiencia de ese o cualquier otro servicio, las autoridades deben atender sus reclamos y buscarle solución al problema. Resulta una conducta desproporcionada para cualquier autoridad pretender criminalizar o intentar acallar la protesta estudiantil con amenazas de sanciones, menos aún, si existen evidencias de anormalidades en el área respectiva. Si además, se señalan supuestas irregularidades, deben abrirse las investigaciones correspondientes y aplicar las sanciones respectivas, si se comprobaren responsabilidades. Así debe ser en la universidad si queremos que sea una institución transparente.

La denuncia de los estudiantes respecto a la supuesta descomposición de cientos de kilos de pollo por un manejo inadecuado, constituye un hecho delicado que debe ser investigado por el Consejo Universitario, más aún con la severa crisis alimentaria que confronta nuestro país. Es lamentable y se presta a conjeturas, que el día de la denuncia se produzca una supuesta sustracción de ese producto en horas de la noche y en circunstancias poco claras e inexplicables, que deben ser totalmente esclarecidas, en resguardo del prestigio de la institución. Ello evitará que comiencen a efectuarse especulaciones sobre el particular que puedan lesionar también, el prestigio de los profesores responsables directos de esas áreas, quienes deben ser los más interesados en que se investiguen y esclarezcan los hechos si nada tienen que ocultar y aspiran quedar libres de responsabilidad.

 

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