El diario plural del Zulia

Misantropía gubernamental, por Julio Portillo

Aunque con frecuencia la misantropía en psicología está referida al hombre que se aísla, odia o adversa al género humano, la conducta del Gobierno venezolano de creciente aislamiento, es una actitud misantrópica. De unas relaciones internacionales hostiles, de tácticas aviesas, el chavismo ha ido cabalgando sobre el enconchamiento, esconderse, retraerse. Es la política del avestruz, meter la cabeza en la arena e ignorar al mundo en contra.

El retiro de la OEA no es sino la guinda de un proceso que ha venido construyéndose. Chávez nos sacó del Pacto Andino, fundó organizaciones como UNASUR, CELAC, el Alba, para hacerse de escenarios donde se escuchara su propia voz. Con un discurso iracundo desde Caracas o en foros internacionales Chávez o Maduro han insultado a Reyes, Cardenales, Presidentes, Primeros Ministros, Obispos, Artistas, Escritores, Premios Nobeles, Organizaciones Internacionales. Al Gobierno venezolano lo han sacado de Mercosur, no paga las cuotas de membresía de la ONU y la OEA. Más de una vez se ha quedado solo en la OPEP. Lo increpa por violación de derechos humanos y falta de democracia el Parlamento Europeo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, jefes de estado, el Vaticano, Organizaciones no gubernamentales. Mientras el mundo avanza con los aspectos positivos de la cooperación internacional, globalización, regionalismo, el Gobierno venezolano se atrinchera en un nacionalismo trasnochado. Venezuela es hoy un país atomizado y débil. En palabras de los funcionarios gubernamentales, Venezuela es el mejor país del mundo, tiene la mejor democracia, un modelo económico extraordinario, el más admirable sistema electoral, la justicia más imparcial del planeta. Mayor chauvinismo y descaro no habíamos visto desde los tiempos de Hitler y Mussolini.

El aislamiento diplomático había venido precedido de una hegemonía comunicacional. Ya van varios canales de televisión internacionales cuya imagen ha sido prohibida. Es cada vez mayor la problemática que afrontan los venezolanos para poder viajar al exterior o de los nacionales en otras latitudes que quieran venir a su país. El costo de la obtención rápida de pasaportes es otro de los negocios de la corrupción gubernamental. La medida inconsulta de retirar el país de la OEA, que decidió Maduro en un acto unilateral, nos traerá más allá de negarnos un foro para opinar sobre los problemas continentales, restricciones en materia de becas para estudios financiadas por el Banco Interamericano de Desarrollo, aportes en materia de datos económicos y sociales de la CEPAL, puestos de trabajo en la sede en Washington, consultas en el Comité Jurídico Interamericano en Río de Janeiro.

A Maduro lo espera el Tribunal Penal Internacional por varias causales. Pasa a la historia como un dictador que hasta ignoró que Bolívar es el remoto creador de la OEA con el Congreso de Panamá de 1826. Un proverbio chino dice “solamente al hombre malvado, le gusta el aislamiento”.

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