El diario plural del Zulia

María Guadalupe, por Jesús Salom Crespo

“Puedes llorar porque se ha ido o puedes sonreír porque ha vivido; / puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva / o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado; / tu corazón puede estar vacío porque no la puedes ver / o puede estar lleno del amor que compartisteis” (Anónimo escocés). En estos momentos difíciles, complejos, de incertidumbre, para la Venezuela del presente y la del futuro, utilizo esa hermosa oración escocesa para expresar los sentimientos encontrados que vivimos al recordar a una mujer luchadora, honesta, demócrata, UNIVERSITARIA y sobre todo HUMANA (así con letras mayúsculas) que el 21 de julio de 2016 marchó a las mansiones celestiales dejándonos sumidos en un mar de tristeza, pero a la vez plenos de la alegría contagiosa de vivir que siempre le acompañó y por la que batalló tenazmente.

Hablar de María Guadalupe Núñez de Parra (la Vice, 2008-2016) es referirnos a la madre, abuela, esposa y tantos otros roles, que soñó con un país distinto. Sin la opresión, la represión ni la corrupción, entre sus caras el chantaje a las personas más necesitadas intercambiando bolsas de comida por lealtad al partido y al régimen. Un país que recobrara la cordura y diera paso a la reconciliación y la convivencia que es urgente rescatar. Un país en el cual sus hijos y esa ilusión hecha realidad, su nieto Gabriel Enrique, pudiesen vivir sin temores ni angustia. En libertad.

Este 16-J, María Guadalupe nos acompañó cuando salimos a la calle a manifestar nuestra voluntad de cambio político en el país. El deseo de vivir en una democracia plena en la cual podamos decidir libremente y exigir al gobierno proteja nuestros derechos sin cortapisa alguna. Que podamos pedir cuentas y se rinda ante las instancias constitucionales correspondientes. A tener la libertad de expresarnos y disentir de las políticas públicas, criticar las ejecutorias gubernamentales y demandar el cumplimiento de sus deberes, sin que ello suponga persecución ni cárcel.

Para la Vice, hubiese sido muy satisfactorio ver cómo su universidad está comprometida con esa causa que defendió y por la que luchó en diferentes frentes. Sí, LUZ se ha integrado a la sociedad civil para de manera mancomunada exigir los cambios que requiere el país para salir de la mediocridad que la envuelve. Devolver a las instituciones el rol fundamental en la creación de con anza y de gobernabilidad. A poner en práctica en su totalidad la Carta Magna de 1999, el marco regulatorio de la vida nacional, sin interpretaciones acomodaticias. Descansa en paz, amada “Lupe”.

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