El diario plural del Zulia

LUZ tiene las reservas para salir de la crisis, por César Ramos

Desde hace tiempo hemos venido señalando la profunda crisis de gobernabilidad que existe en nuestra superior casa de estudios. El agotamiento de su modelo académico y gerencial, el deterioro en sus principios y valores, como problema estructural de fondo, lo cual amerita y reclama, sin más demora, el impulso de un proceso creativo para rescatarla y reimpulsarla hacia un nuevo modelo que rompa con el anterior esquema napoleónico, estableciendo en ella una nueva cultura organizacional, signada por principios de innovación y responsabilidad social, que denominamos “LA UNIVERIDAD DE SERVICIO”.

La Universidad del Zulia dispone, sin la menor duda de ello, del capital humano e intelectual necesario para emerger de la crisis en que se encuentra, haciéndose acompañar de diversos sectores de la sociedad zuliana que necesitan nuestra universidad y apuestan por un futuro mejor.

Sin embargo, cada día se profundiza más su deterioro, lo cual constituye un hecho preocupante. Por una parte, la acción del Gobierno nacional en contra de todas las universidades, lo cual obedece a la aplicación de su modelo para arrasar con la institucionalidad en el País como se lo propusieron. Más recientemente, medidas nefastas como la asignación de cupos desde la OPSU, sin ningún criterio aptitudinal ni vocacional del aspirante, la centralización de recursos de transporte y comedores, los miserables incrementos salariales en forma unilateral y desconociendo acuerdos previamente contraídos. En síntesis, todas las medidas tomadas desde el Gobierno en materia de educación, parecieran apuntar a un diabólico proceso destructivo de las univesidades y no, al aprovechamiento de sus potencialidades creativas.

La ineficacia de la gestión interna por autoridades incompetentes que, por su miopía, parecieran hacerle el juego al Gobierno; desfasadas en su gestión e incapaces de ofrecer propuestas proactivas que rompan con los esquemas tradicionales y que reten al gobierno para sacar la Universidad del marasmo y la diatriba política en la cual pretenden involucrarlas.

Las autoridades universitarias perdieron el rumbo. El momento histórico que vive nuestro País sobrepasó el rol protagónico que la sociedad está reclamando y que han debido jugar en un momento de particular apremio, donde sólo, instituciones como la Iglesia o las Universidades pueden erigirse en conductoras creíbles de la conciencia nacional. Nuestros gremios están distraídos en reclamos salariales y reivindicativos que, en la situación actual, jamás podrán satisfacer nuestras aspiraciones por un salario digno.

Hermanos universitarios: ese no debe ser el motivo de nuestra lucha. Lo que está en juego es la constitucionalidad, la libertad, el Estado de Derecho, la Autonomía Universitaria. No distraigamos el esfuerzo de nuestras luchas en cuestiones inmediatistas cuando lo que está en juego en nuestro País, son cuestiones mucho más trascendentes, donde los universitarios estamos en el deber moral con nuestro País y nuestro pueblo, de conducirlo a su libertad, progreso y bienestar. Defendamos hoy nuestra democracia y libertad. Mañana llegarán, por añadidura, las reivindicaciones que en justicia nos corresponden y que este régimen nos regatea.

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