El diario plural del Zulia

LUZ necesita diálogo y concertación, por César Ramos Parra

Las informaciones que registran los medios de comunicación social sobre nuestra casa superior de estudios, dan cuenta día a día de un estado de anarquía, deterioro acentuado, crisis de gobernabilidad, hurtos y robos de sus bienes y del personal docente, administrativo, obrero y estudiantes; pese a que algunos que fungen como sus líderes, intenten señalar un estado de normalidad que no se corresponde con la realidad, y lo que es más grave, sin asumir su responsabilidad y tomar decisiones orientadas a establecer los correctivos que la situación amerita. Las restricciones presupuestarias, que no podemos ignorar, constituyen sin duda, un factor que incide en la calidad de los procesos, productos y servicios que en ella se cumplen. Ello no puede constituirse en excusa y burladero para justificar la pérdida de valores, el deterioro del sentido de pertenencia, el desarrollo en ella de muchas conductas que lesionan y comprometen seriamente su futuro. Negarlo es actuar con hipocresía y falsedad y el decirlo, no puede ser calificado como un acto de irresponsabilidad, si el mismo se orienta a despertar los mejores sentimientos que en ella subyacen para impulsar su proceso de cambio, innovación y transformación.

La anarquía organizacional se presenta en aquellas organizaciones donde se desdibujan sus principios y valores, cuya realización depende de la participación espontánea de sus miembros, quienes realizan sus actividades con entusiasmo, alta motivación al logro, elevada capacidad para impactar positivamente en el entorno, lo cual le confiere alto prestigio, productividad y competitividad a la institución. En el caso de las universidades, esos indicadores se reflejan en los rankin internacionales, en los cuales nuestra universidad no aparece. Es decir, la valoración académica de LUZ, no es satisfactoria, pese a las potencialidades que ella posee para estar posicionada entre las mejores de Latinoamérica. Otras, como la UCV, Los Andes o Metropolitana sí aparecen en ellos.

Esta situación debe llamarnos a una profunda reflexión, a un diálogo sincero para concertar acciones que permitan superar confrontaciones estériles que a nada nos conducen. Sabemos de la justificada inconformidad del personal universitario por nuestros depauperados salarios, los problemas en los servicios de salud, las limitantes en los insumos para el desempeño de nuestras actividades. Pese a todo ello, debemos recuperar en LUZ, el entusiasmo, la creatividad, el esfuerzo fraterno y concertado para empinarnos con éxito, ante las dificultades y problemas que a todos nos afectan. En una situación de incertidumbre como la que vivimos, lo sensato es fortalecer la institucionalidad y quienes tienen encomendada la autoridad deberán hacer un gran esfuerzo para auscultar los sentimientos y aspiraciones de la comunidad y sin transgredir la normativa pero flexibilizándola, atender con buena disposición todos aquellos aspectos que contribuyan a mejorar el clima organizacional, como condición para estimular nuestro capital intelectual. Lo más importante en cualquier organización siempre será su capital humano. Sin el, no habrá productividad posible.

 

Lea también
Comentarios
Cargando...