El diario plural del Zulia

Los gastos de bolsillo en salud, por Manuel Ocando

E l gasto de los hogares en servicios de salud como porcentaje total de los gastos de consumo doméstico representan los costos de la atención de salud pagados por las familias mediante gastos directos, también denominados gastos de bolsillos, o gastos indirectos, que se re eren al pago de los planes de la atención medica prepagada, seguros médicos privados y contribuciones al seguro público (IVSS).

Los pagos por gastos de bolsillo en salud pueden sumergir a un hogar en un estado de pobreza extrema en la medida que estos gastos son efectuados a expensas de la adquisición de otros bienes y servicios.

La magnitud del gasto de bolsillo en los sistemas de salud está directamente relacionada con el grado de desprotección que confrontan los ciudadanos. Esto es especialmente más desfavorable en los casos de familias que se encuentran en situación de pobreza. De allí que las políticas de salud deben procurar justamente la disminución del gasto de bolsillo a través del aumento del financiamiento público, específicamente a través de los mecanismos fiscales.

Ocho países (Argentina, Costa Rica, Bolivia, Panamá, Brasil, Chile, Perú y República Dominicana) tienen un gasto de bolsillo entre el 20% y 40% sobre el total del gasto en salud. Cuatro países (México, Guatemala, Ecuador, Paraguay) mantienen una proporción del gasto de bolsillo superior al 40%. En Venezuela específicamente el porcentaje de gasto de bolsillo se sitúa en un 61 por ciento, el mayor en Latinoamérica.

Los países con mayor proporción de gasto de bolsillo se dividen a su vez en dos grupos. En el primer grupo están los países que actualmente están asignando menos de 7% de recursos al sector salud con respecto al PIB (cifra promedio actualmente en la región). En el segundo grupo están los países en los que la inversión en salud ya representa una fracción de recursos superior al 7% del PIB.

En nuestro país, el Gobierno nacional destinó para 2016, un total de 86.710 millardos de bolívares a la salud, lo que representa el 5.5% del total del presupuesto nacional. En cifras, se estaría hablando de un poco más de 1 punto porcentual del Producto Interno Bruto, una proporción de gasto que debe ser la más baja de Latinoamérica si es que no está entre las más bajas del mundo.

De acuerdo con la Encuesta de Condiciones de Vida del Venezolano (Encovi) publicada este año y llevada a cabo bajo los auspicios de la UCV, la USB y la UCAB, el 60% del consumo de bienes y servicios de salud en Venezuela es pagado directamente por los venezolanos. El término “gasto de bolsillo” en otras palabras, significa “quitarse el pan de la boca para poder sufragar los gastos del hijo, cónyuge o progenitor que está enfermo”.

El presupuesto asignado por el Ejecutivo nacional al Sistema Público de Salud para el año 2016 es insuficiente, por lo que se han profundizado las fallas en la atención de la red primaria y de hospitalización, convirtiendo la muerte de la sanidad pública venezolana en otro logro más de la llamada revolución.

 

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