Lo que nos corresponde, por Francisco Arias Cárdenas
Ha sido un homenaje idóneo a la memoria de Hugo Chávez la celebración en Caracas de la décima cuarta reunión de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos, pues en la continuidad de esa organización se condensa un pilar fundamental de la misión que signó la vida del amigo y líder mundial, nacido para orgullo nuestro en tierras venezolanas.
Tal como exclamara Rafael Correa al momento de conocer la noticia sobre la partida física de nuestro eterno comandante hace cuatro años, Chávez, como un profeta solitario en el desierto, rompió el silencio en la noche oscura del neoliberalismo salvaje que se había impuesto no sólo en América Latina, sino en todo el mundo, para despertar a los líderes, para iniciar desde la cuna de Bolívar un renacimiento del ideario humanista, de justicia social, de soberanía y dignidad para el pueblo; para reanudar la lucha por la independencia que emprendieron nuestros próceres en el siglo XIX.
Han pasado ya cuatro años desde su despedida en esta dimensión, pero él aún sigue presente a través de las obras que dejó para el pueblo: Barrio Adentro, la GMVV, la democratización de la educación pública y superior, proyectos que tienen todo su aliento y energía; hoy todos somos Chávez, la mujer, el niño, el adulto mayor y el pueblo que lo recuerda y trabaja para construir el país de la paz.
Recordar a Chávez, sobre todo en este momento de asedio del neoimperialismo, es comprometernos a ayudar desde cada uno de los espacios, es reimpulsar las misiones, es producir y promover la agricultura y el desarrollo sustentable y ecologista, es propiciar la unidad para promover riqueza material y espiritual, con justicia y equidad.
Mucho nos enseñó Hugo Chávez Frías con su nobleza y capacidad de amar, con su compromiso y entrega total por Venezuela; nos corresponde ahora continuar su trabajo, consolidar con honestidad y perseverancia una estructura productiva, científica y ética, para garantizar la soberanía real y justa de nuestra gran patria.
