El diario plural del Zulia

Las cosas que nos revientan, por Énder Arenas Barrios

Debería escribir las cosas que me revientan, y no involucrar a muchos, pues a lo mejor las cosas que a mí me revientan a otros, inclusive, les causa gracia; por ejemplo, he escuchado la risa, por la gracia que les causa, incluso a gente opositora, la obsesión fálica del Presidente cuando le “manda” guacales de tubérculos y otros vegetales a los opositores, especialmente a Ramos Allup (otra obsesión) y a Luis Almagro (el nuevo peor enemigo). Lo asombroso es por ejemplo, ver cómo el Presidente se regodea, casi salivando, cuando invita a Ramos Allup a que los introduzca en el bolsillo trasero de su pantalón.

Les confieso que la sublimación en ese sentido en el discurso presidencial no me molesta tanto como la pertinaz lascivia con las referencias fálicas y anales que ya preocupan por la salud mental del Presidente. Pero eso es lo menos importante de lo que en lo personal me revienta del discurso chavista verbalizado hoy por Maduro. Voy a lo que me revienta, por ejemplo cuando algunos analistas e intelectuales dicen que los mueve la filosofía chavista.

Al principio me daba risa, pero en la medida en que esa afirmación tomó cuerpo me dije que a esa apreciación equívoca había que salirle al paso, pues el chavismo no tiene una filosofía, tiene una retórica donde confluyen de manera abigarrada algunos conceptos tomados de manuales y folletos marxistas, frases que alguien le leyó de Gramsci, latiguillos de Fidel: Patria o muerte, venceremos, frases sueltas de algunas canciones de Alí Primera, Reina Lucero y Cristóbal Jiménez y un elemento importante, citado ad nauseam, el verso de Alberto Arvelo Torrealba que dice: “Yo soy como el espinito que en la sabana orea, le doy aroma al que pasa y espino al que me menea”, el resultado ha sido que Chávez, por ejemplo, haya sido en ciertos momentos cristiano, veleidades musulmanas, maoísta, fidelista, bolivariano, martiniano, sanmartiniano, marxista, leninista, gramsciano, alguna vez dijo que seguiría los pasos de la llamada tercera vía de Blair, etc. Hasta allí llega la filosofía chavista, un verdadero pastiche. Lo jodido es que sobre eso es que María de Queipo ha propuesto incorporar en el plan de estudios de bachillerato y universidades el pensamiento de Chávez y hasta un instituto dirigido por Adán Chávez ha sido creado con un enorme presupuesto. Eso me revienta.

Otra vaina que nos hincha las…. es el culto a la muerte y la construcción forzosa del heroísmo, ambos vinculados orgánicamente. El discurso y la retórica chavista desde sus inicios estaban articulados por la clave de la muerte, una especie de necrofilia que lo llevaba y lo lleva un martirologio permanente. Como tengo poco espacio enumerare otras cositas que en verdad me revientan: el desacuerdo como traición, el miedo a la diferencia, el nacionalismo ramplón y la obsesión por el complot. Pero lo que más enferma es su irracionalismo y su apelación constante a la rabia, al miedo, odio, resentimiento; a la división entre buenos (chavistas) y malos (opositores). Es decir, los Diosdado son los buenos y los Luis Ugalde son los malos… Noj…

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