La unidad monolítica, por Manuel Ocando
El Gobierno se ha apartado sin máscara ninguna de las reglas del juego democrático y está transitando de un modelo “autoritario competitivo” a uno claramente autoritario, pues en la medida en que ha perdido los votos es menos competitivo y no puede legitimarse ante la opinión pública y la comunidad internacional a través de procedimientos electorales formales.
En el transcurso de los últimos días hemos presenciado una serie de sucesos que apagaron el entusiasmo y minaron las esperanzas de un gran sector del país que había puesto su confianza en la realización del referendo revocatorio como mecanismo de salida del régimen. Por otro lado, los acuerdos que ha logrado el diálogo no son del agrado de la mayoría, en buena parte porque no se habló de la salida electoral.
La MUD está jugando un importante papel, el de la lucha por los principios democráticos. Actuando con equilibrio, sensatez, y prudencia, lleva al mismo tiempo una agenda legislativa y una política para lograr el cambio democrático, pero su propuesta de luchar en varios frentes de forma concurrente muestra cuán difícil es lograr una vía unitaria efectiva y e caz. La supervivencia política del régimen depende de su capacidad y voluntad de reprimir a sus oponentes e instrumentar mecanismos con visos de supuesta legalidad para eliminar las salidas, tal como lo hizo con el referendo revocatorio.
La buena noticia es que la transición no depende de la realización de un referendo revocatorio. Como bien lo expresa el politólogo Benigno Alarcón, que en la mayor parte de las transiciones triunfantes y célebres en el mundo la oposición ha logrado tener éxito sin tener el control de ninguna institución del Estado y sin cambiar ninguna norma constitucional. La mayoría de las transiciones que han tenido éxito lo han logrado gracias a un solo recurso, que es el único y el más importante, el poder del soberano.
Esto hace que sea necesario y apremiante que la MUD, más allá de los caminos que pueda transitar para lograr la transición y de los intereses de individualidades políticas, logre mantener el apoyo de la población que votó por ella el 6-D, entre ellos un gran porcentaje de ciudadanos desencantados del chavismo, lo que requiere una concertación con muchos actores sociales, políticos y económicos. Precisamente allí reside su mayor recurso de poder, en el de los venezolanos que deseamos un cambio democrático y que debemos permanecer aglutinados como una unidad monolítica en torno a la idea de lograr la tan anhelada transición democrática. Todos los sistemas de gobiernos autoritarios en el mundo a pesar de sus maniobras, ardides y trampas han logrado sucumbir a través de la fuerza de la unión del pueblo y las democracias siempre han logrado imponerse por sobre todas las cosas. No perdamos la esperanza, permanezcamos unidos.
