El diario plural del Zulia

La revolución no será derrotada, por Hugo Cabezas

Lo hemos dicho en otras notas, pero es necesario repetirlo: nunca antes en la historia republicana de nuestro país, gobierno alguno había sido sometido a un asedio tan brutal como lo ha sido la Revolución Bolivariana. El oposicionismo ha recurrido a las más diversas prácticas desestabilizadoras, ha recibido gigantescas sumas de dinero, asesoría exterior, apoyo de otras naciones, ha contado con el apoyo de grupos terroristas paramilitares y francotiradores, con el apoyo mediático de los consorcios y cadenas de comunicación más grandes del mundo. En fin, recursos ha tenido de sobra.

A pesar de todo ello. Hay gente que se pregunta: ¿Por qué no han podido derrocar a la Revolución Bolivariana? Hay una razón que lo resume todo: la Revolución Bolivariana, el chavismo, está muy metido en el sentimiento del pueblo venezolano. Es consustancial con su forma de ser. Como se recordará, en los años finales de la centuria pasada, Venezuela vivió una de sus más profundas crisis política, económica, social y cultural, de su vida republicana. Todas las cimientes de la formación social venezolana, se derrumbaron. La dirigencia política de aquellos años fue incapaz de avizorar el tiempo por venir. Estaba convencida de que la manera cómo funcionaba la sociedad venezolana era normal. Venezuela es así. No somos Suiza. Afirmaban algunos. Esa dirigencia no logró entender los cambios, a partir del año 1999, por Hugo Chávez Frías.

No habían logrado entender el porqué de “El Caracazo” (1989), la alta abstención que se registraba, cada vez con mayor progresividad, en los procesos electorales que se realizaban. Esa dirigencia cuarto republicana, no tenía propuesta para superar los altos niveles de pobreza que se estaban alcanzando; creían que el régimen de democracia partidocrática, clientelista y elitista, conservaba su vigencia. Estaban colocados de espalda a la realidad nacional.

Pero sobre todo, el pueblo no le interesaba. Esos tierrúos, pata en el suelo, niches, marginales, no les interesaban. Y aún no les interesan. Los siguen viendo con desdén, los desprecian. Ese pueblo es el que sostiene la Revolución Bolivariana. Esa dirección del oposicionismo sigue sin entender a nuestro país. Igual desprecio que tienen hacia el pueblo, lo manifiestan hacia la Fuerza Armada, que al fin y al cabo es el mismo pueblo, pero con uniforme. No han logrado entender que de nuestras academias militares está egresando un nuevo soldado de la patria. Formado con sentido solidario, humanista y patriótico. Que no se arrastra ante nadie. Que entiende que la construcción de una nueva Venezuela es su reto. Ese militar, por ende, es también sostén de la Revolución Bolivariana. No logran entender que la alianza cívico-militar es la mayor fortaleza que tiene la revolución. Que a partir de esa alianza habrá de hacerse posible los planes y programas para edificar el nuevo modelo de sociedad que nos hemos propuesto construir. No logran entender que no hay guarimba, conspiración, golpe de Estado, guerra económica que pueda derrotar la Revolución Bolivariana.

Tan amargas –como la hiel–, le resultaron a EE. UU. y sus lacayos nacionales, las derrotas que sufrieron en la OEA y la ONU. Ante tan contundentes victorias, el presidente Nicolás Maduro, la excanciller y futura constituyente Delcy Rodríguez, el nuevo canciller, profesor Samuel Moncada, y el embajador Jorge Valero, no ocultaban su alegría. En la OEA y la ONU se había dado un paso más para derrotar la violencia terrorista y el golpismo. Demostramos, una vez más, que la Revolución no será derrotada.

Lea también
Comentarios
Cargando...