El diario plural del Zulia

La responsabilidad marca la diferencia, por César Ramos Parra

En una universidad, para hablar de excelencia, se requiere del concurso de todos; es decir, que es preciso la participación protagónica y antagónica de los sectores: profesoral, estudiantil, empleados, obreros y egresados, los cuales deben saber unir esfuerzos en función de prestar un servicio con responsabilidad social y ética, dentro y fuera del recinto del saber.

Sólo de esa manera, se logra una actuación de primera línea, ya que todos somos igualmente importantes. En razón de ello, en LUZ gestamos un movimiento de Responsabilidad Social Universitaria (RSU), desde hace ocho años, integrado por esos cincos sectores y se concretó en una Cátedra Libre, en el 2010, orientada a impulsar esa cultura hacia la comunidad universitaria, así como de una proactiva relación con el entorno, a cuyos sectores nos debemos, para detectar en él problemas, necesidades y aspiraciones y ofrecer desde nuestro ámbito de competencia, soluciones desde la creatividad, la innovación y la inventiva certera. En esta nueva etapa que iniciamos, la misma será reestructurada y redimensionada para profundizar en su visión original.

Se ha demostrado que la conflictividad que generan los grupos ponzoñosos de ayer y hoy, no tienen cabida en los nuevos retos y paradigmas que deben impulsar la nueva universidad. Lasdiatribas sin sentido, le restan prestancia a la institución, por ser ésta, la esperanza de muchos sueños compartidos, en función de alcanzar la mayor suma de éxitos posibles.

Con el trabajo honesto y fructífero, el ser humano supera todo sentimiento de frustración, muy común en estos días de desasosiego, lo cual nos hace olvidar lo importante que somos históricamente para la sociedad, ávida de una mano amiga y calificada.

La Responsabilidad Social Universitaria nada tiene que ver con la universidad napoleónica del pasado que muchos quieren preservar y perpetuar; ese modelo arcaico le intenta cerrar las puertas a los nuevos pensamientos y modernos esquemas y paradigmas que sucumbirán ante la Universidad de Servicio.

Entonces, existen sobradas razones para luchar por la universidad que se quiere y se idealiza, luchar por alcanzar el CAMBIO que todos claman para su Alma Mater dentro y fuera del campus. Ese cambio que ya no acepta más escenarios de inestabilidad, al igual que gerencias aburguesadas y autocráticas que con su actuación minimizan la acción del trabajador, lejos de aprovechar sus potencialidades que se traduzcan en altos rendimientos.

Es hora de reflexionar más que de continuar culpando a otros de los fracasos propios. En estos momentos donde el País y particularmente sus universidades se encuentran sumergidas en un lamentable estado de escepticismo, desesperanza, frustración, es la ocasión de poner a prueba nuestra creatividad para recuperar el entusiasmo, el esfuerzo unitario para la acción y la férrea voluntad por construir un futuro mejor. De allí la necesidad de abandonar, sin más demora, los escenarios de confrontación y conflicto.

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