El diario plural del Zulia

La patria en un carné, por Rubia Luzardo

El carné de la patria es la nueva forma de control ciudadano propuesto por el Gobierno nacional, según el propio presidente Nicolás Maduro, este documento representaría un mecanismo para afianzar el sistema de protección social.

No obstante, las indefiniciones que produce esta nueva modalidad son más altas en la población venezolana que la certidumbre de los verdaderos alcances que tendrá este documento sobre la solución de los principales problemas que aquejan a la patria soberana. Y es que no hay que ser experto o científico para saber que la crítica situación económica y social que vivimos todos los venezolanos no se resuelve con un carné, y eso no solo lo debe interpretar el Gobierno sino también sus seguidores y la colectividad en general que angustiada por tanto sometimiento opta por carnetizarse para tener las mismas oportunidades ante el goce de las políticas sociales impulsadas a nivel nacional, regional y local. Ante ello, insistimos reafirmando opiniones anteriores sobre la dura realidad vivida por los venezolanos más desposeídos, el hambre no dialoga con quien lo padece y el enfermo le toca sucumbir ante la falta de medicamentos e insumos requeridos para sus malestares. Así es que quién crea que un carné de la patria está por encima de los derechos civiles y políticos de todos los venezolanos desconoce el sentido de la verdadera patria. Los derechos como ciudadanos venezolanos están en la Constitución vigente aprobada por referéndum en 1999, y ellos se invocan ante el Estado no se mendigan ni se negocian. Ante una posible y supuesta intención de convertir el mencionado documento de origen político en un único instrumento de identificación, la respuesta tiene que ser de rechazo en virtud de la vulneración de los derechos consagrados nacional e internacionalmente con respecto a la cédula de identidad, y, válido para todo el territorio nacional incluso hasta el más recóndito rincón. La patria no se carga en una cartera a través de un documento, contrariamente está ligada a la persona por vínculos afectivos, históricos, identitarios asumidos colectivamente por los sujetos sociales, por lo tanto, no hay patria en un carné y no hay carné que nos haga más patriotas que otros. La democracia debemos rescatarla con participación ciudadana consciente, organización social de las comunidades, apego a las instituciones y búsqueda del bien común, eso es construcción patriótica, hacia allá vamos los venezolanos, el populismo ha hecho mucho daño, hoy estamos ante una sociedad enferma que debe buscar su sanación en el encuentro, la fraternidad, el diálogo y el consenso. No permitamos que la manipulación nos haga cómplices de un sistema generador de falsas expectativas.

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