El diario plural del Zulia

La obligación de un líder, por Francisco Arias Cárdenas

La primera obligación como gobernante y líder es invocar, robustecer e impulsar, con orden y planifi cación, lo mejor del patrimonio moral, intelectual y emocional del pueblo, para hacer realidad el proyecto de país que hayan escogido, y en el caso de Venezuela, hay una meta definida por el sueño bolivariano, de una nación donde imperen la justicia, la equidad, el progreso integral, con criterio ecologista. Ese es el deber ser, tanto como lo es asumir la responsabilidad y las consecuencias de los propios actos, y de aquellos a los que inducimos en la población.

Lo contrario, deontológicamente, es el comportamiento de grupos de la ultraderecha del país, que han desplegado en todo el territorio estrategias de terror y muerte, guiados por la ambición, mientras invocan la democracia y derechos humanos. No han dejado a su paso más que ruina para empresarios privados, interrupción y destrucción de servicios públicos, incluido el sistema de transporte colectivo; pérdidas materiales incuantifi cables tanto para el Estado como para la sociedad en general, y lo más terrible: muertos y heridos, con una erosión en el alma del pueblo venezolano, tradicionalmente de buen corazón.

En el Zulia, Maracaibo es emblemático: calles llenas de escombros y basura, semáforos descuajados, negocios privados saqueados y oficinas públicas incendiadas. Todo lo contrario al amor por la ciudad. De las atrocidades de las últimas agresiones perpetradas por la violencia opositora –tres trabajadores, quemados vivos– sólo caben consideraciones desde nuestros corazones de padres, de cristianos. Inenarrable el dolor ocasionado, impostergable la justicia, inaceptable desde todo punto de vista ese accionar criminal.

Con toda responsabilidad, el presidente Maduro ha llamado a una Asamblea Constituyente, para que con la inteligencia y el diálogo, encontremos soluciones con rango supremo, desde la raíz del poder que es el ciudadano. Frente a la violencia, una propuesta de vida y de paz que ha de abrir un mejor sendero para Venezuela.

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