El diario plural del Zulia

La nota social de la semana, por Énder Arenas Barrios

Mucho antes del inicio de la cuaresma, mucho antes del miércoles de ceniza ha llegado el carnaval a Venezuela. Las estas en honor al Dios Baco ha empezado con un des le en la que se dieron cita lo mas encumbrado de la élite política que gobierna al país y lo más granado de la élite militar que acompaña a la élite política en eso de gobernar, si así puede llamarse esto que nos gobierna.

El caso es que ha comenzado con un des le militar en honor a uno de los personajes que mejor disfraz ha llevado desde hace muchísimo tiempo, se trata de Ezequiel Zamora, un bellaco que al decir de muchos historiadores era un consumado esclavista y un peligroso pedófilo que des oró a cuanta niñita de 10 a 12 años se le atravesaba por esas sabanas llenas de morichales (Henry Ramos dice, aunque mi abuelo de quien recibí mi primera lección de historia utilizaba la palabra “desvirgó”). Pues bien, a Zamora, se le ha disfrazado de héroe y prócer patrio y uno de los autores intelectuales de la pesadilla que sufrimos hoy los venezolanos.

Pero vamos a lo importante, el inicio de estas estas carnestolendas, fue presidida por el señor presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, que llegó enfundado en un elegante liqui liqui azul cielo de popelina, lo cual significa una verdadera revolución en esta criolla prenda de vestir que originalmente es de lino o algodón, igualmente los botones que en número de cinco o seis son de hueso o metálico, en el elegante liqui liqui del presidente son acrílicos.

El Presidente remataba su atuendo con un jodido sombrero parecido al “volteado” colombiano, que verdaderamente le queda feísimo, pero todos pensamos que había sido un regalo de los habitantes de Cúcuta, que según el Presidente lo aman intensamente y que no podía despreciar.

El Presidente llego acompañado de la señora primera combatiente, Cilia Flores de Maduro Moros, que igualmente vestía de liqui liqui azul marino elaborado en pongee. No tan elegante como el de su esposo, pues esta prenda es especialmente hecha para hombres, al ser llevada por la señora Cilia Flores le daba un aspecto de peón de hacienda llanera, aunque esto lo hacemos con ánimo constructivo para que no vuelva a suceder.

Los otros disfrazados eran miembros del ejército (soldados, sargentos, y oficiales mayores) y otros actores extras que hacían de soldados de la guerra federal vestidos como húsares húngaros, vaya a saber por qué.

La fiesta no ha terminado y ya se anuncia un megaoperativo para el día sábado donde miles de venezolanos que están sufriendo de hambre y de nuevas y viejas enfermedades se disfrazaran de militantes chavistas recogiendo su carné de la patria y es que un paquete de harina, un frasco de aceite y dos kilos de arroz bien vale disfrazarse de chavista.

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