El diario plural del Zulia

La MUD y su violencia terrorista, por Hugo Cabezas

La irrupción de la violencia terrorista es algo nunca visto en la historia política de nuestro país. Sí, mi estimado lector: nunca antes. Revísese el proceso histórico republicano iniciado en 1810 y se encontrará con que, ni en los momentos más álgidos de las confrontaciones políticas, se produjo una lucha fratricida del carácter que ha alcanzado la presente.

Situación esta que se produce porque, el sector más radical de la oposición, asume la política no como el encuentro y desencuentro de ideas, sino como un acto a través del cual hacerse del poder para su disfrute particular, sobre todo, de un caso como el venezolano que, por sus inmensas riquezas naturales se piensa, colocar estas al servicio personal.

Odio y venganza, son las leyes que guían la conducta antipolítica de ese sector. Es la visión más avanzada del neoliberalismo. Su pretensión primigenia es la de alcanzar la homogenización sociocultural del pueblo venezolano.

Para ello, recurren a prácticas excluyentes y terroristas, nunca antes se había atacado al “otro” como su enemigo. No es por tanto una lucha de contrarios, sino una lucha entre enemigos, así la presentan y en torno de esa creencia actúan.

Los principios de la democracia, la libertad, la igualdad y la justicia son tirados al cesto. Para ellos, no tienen sentido, perdieron su vigencia. Proclaman, sin el menor escrúpulo y sin ruborizarse que, lo importante es hacerse del poder, sin saber siquiera para qué.

Visión esta con la cual se generó una falsa conducta en algunos sectores de la sociedad. Se bloqueó el surgimiento de una visión multicultural y, por ende, se pretende cercenar el establecimiento de una democracia plural. Por ello, la democracia participativa les incomoda.

La democracia es –en tal sentido, para ellos— solo un sistema político, en el cual la igualdad humana y la identidad no existen. Se dicen ser demócratas, pero hacen de la intolerancia su máximo proceder y práctica diaria.

La violencia terrorista, emprendida por el oposicionismo en Venezuela, solo ha dejado, como es lógico, muerte, desolación, odio desenfrenado y el rechazo unánime del pueblo trabajador de nuestro país.

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