El diario plural del Zulia

La MUD al desnudo, por Hugo Cabezas

En política mentir es grave, no sólo porque la mentira, siendo contraria a la verdad, entraña en lo más profundo de sí una conducta perversa, el mentiroso es un ser de doble faz. Así como también, como dice el dicho popular, “la mentira tiene patas cortas”, la mentira al no poder sostenerse por largo tiempo deja al descubierto a quién miente. Lo desnuda, y al desnudarlo este muestra todos sus atributos. El mentir es una conducta reprochable desde el punto de vista ético y moral. Al revisar el proceso político venezolano, de finales de la centuria pasada, se encuentra con el “malestar de la política”, del cual nos habló Rigoberto Lanz, para graficar el nivel de deslegitimación que la dirigencia partidista de aquellos años habían alcanzado, se llegó a pensar, que era la democracia la que estaba en cuestión. El régimen democrático cuarto republicano, elitista y excluyente, partidocrático, exhalaba sus últimas bocanadas. El clientelismo, sostenido “a punta” de mentiras, no daba para más. La Comisión para la Reforma del Estado (Copre), organismo creado para alcanzar su sobrevivencia no logró su cometido.

La historia se repite. Aunque con distintas características, el objetivo sigue siendo el mismo, tomar el poder para ponerlo al servicio de los más innobles intereses de la burguesía nacional. Para la dirigencia política de la MUD, ese es su objetivo; para ello y por ello actúan. Algunos creyeron que, con el comienzo del nuevo siglo, la praxis política cuarto republicana se había extinguido, que equivocados estaban. Aparecieron algunos nombres nuevos, es verdad, pero su concepción de la política era la misma, el remozamiento fue ficticio, fue un salto gatopardiano: cambiarlo todo para no cambiar nada.

Pues bien, la lección de aquellos años no fue aprendida. Los dirigentes de la MUD no han entendido que el ejercicio de la política no es un acto privado, erosionador de las identidades sociales; que más allá del “carisma” el político debe poseer una sólida formación ideológica y política, debe deslastrarse de toda conducta individualista, sobre todo en nuestro caso.

La dirigencia de la MUD no ha logrado entender la nueva realidad de Venezuela. Diecisiete años tienen mintiendo. Pero, su participación en la Mesa de Diálogo ha terminado desnudándolos. Los ha puesto al descubierto. Como un tronco seco, sueltan estillas por todos lados, se pelean por saber quién incona más. El diálogo ha dado resultado. La mejor constatación es que no estamos en guerra entre venezolanos como quieren algunos dirigentes de la MUD. Que falta mucho por hacer, es verdad. ¿Y es que lo qué se le ha hecho al país, desde el golpe de estado del 2002, hasta hoy con la guerra económica, ha sido poco? No conoce la historia universal un país contra el cual se hayan implementado políticas y prácticas desestabilizadoras como la que hemos vivido.

 

 

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