El diario plural del Zulia

La liquidación de la democracia, por Julio Portillo

Estamos en dictadura. Los actos inconstitucionales denuncian al régimen y la conducta de los jefes autoritarios que se han apropiado de Venezuela. Con el asesinato del principio de la separación de los poderes, el cerco presupuestario a la Asamblea Nacional, gobernaciones y alcaldías en manos de la oposición, el encarcelamiento de los adversarios, torturas y maltratos a los presos políticos, persecución a la libertad de prensa y opinión, insulto a las instituciones que son elementos constitutivos de nacionalidad como la Iglesia Católica, Nicolás Maduro y sus secuaces han liquidado la democracia en Venezuela.

No puede pretender la oposición venezolana, la opinión pública internacional que el régimen sea como las dictaduras militares de los años cincuenta de la pasada centuria. Los métodos cambian y se sofistican. Un país donde un hombre ejerza todos los poderes es una dictadura.

La vocación pacifista del pueblo venezolano llega a su fin. La mayoría que adversa este gobierno, puede escoger los caminos de la desobediencia civil, la resistencia y la clandestinidad. No deseamos para este país ni la calle violenta, ni la guerrilla fratricida

Al igual que en enero de 1958, los Colegios Profesionales han comenzado a pronunciarse. El Manifiesto de los Colegios de Abogados y de las instituciones conexas con el mundo jurídico no solo denuncia las violaciones a la Constitución Nacional, sino que insta valientemente a desconocer desde los palacios de justicia a los magistrados del Tribunal Supremo y sus sentencias.

No aguantamos más. Maduro es una vergüenza insoportable. Jefes de Estado, ex presidentes y primeros ministros, el secretario general de la OEA, organismos internacionales, cardenales, escritores, premios Nobel, superiores de órdenes religiosas, eminentes economistas, médicos y juristas, cantantes, artistas de cine y televisión, periodistas, rectores de universidades, candidatos presidenciales, de todo el mundo han denunciado a la satrapía venezolana como violadora de los derechos humanos y antidemocrática.

Una minoría iletrada, una soldadesca corrompida, magistrados descarados, tienen secuestrada la soberanía. Imperio del terror de Estado, bayonetas, narcotráfico, mezquinos intereses de gobiernos parásitos responsables de la quiebra de Venezuela y la ilegalidad e legitimidad de un régimen y el desconocimiento de los textos bíblicos que justifican el finn de la bestia.

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