El diario plural del Zulia

La esencia del Congreso de Angostura, por Dra. Judith Aular de Durán

Un día como hoy, hace 198 años, El Libertador Simón Bolívar pronunció ante el Segundo Congreso Constituyente, celebrado en Santo Tomé de Angostura, hoy Ciudad Bolívar, un épico discurso que no solo sustentó la propuesta de Constitución Política del Estado de Venezuela que proponía en aquel entonces, sino también dejó por sentados los valores éticos y morales que debían regir la vida de los ciudadanos de nuestra patria.

El Discurso de Angostura, como se le conoce a aquella alocución histórica, marcó la “génesis” de la nueva república. En él, Bolívar dejó claro cómo debían ser las instituciones del nuevo estado. Estas instituciones debían responder a las necesidades de la sociedad.

Reconoció al Sistema Federal como favorable, pero prefirió para Venezuela un Sistema Centralista, basado en un poder público distribuido en las clásicas ramas: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, resaltando la fortaleza del Ejecutivo, inspirado en Monstequieu.

Pero además, propuso la creación de una cuarta rama o un cuarto poder: el Poder Moral, el cual se encargaría de rescatar la virtud, la honestidad, la ética y las luces. El Libertador enfatizó en la educación como el mecanismo liberador de las costumbres perniciosas y la ignorancia devenida de años de esclavitud y tiranía; en consecuencia, consideraba necesario que esta institución velara por la formación de los niños, para purificar lo que se hubiera corrompido en la República y, a su vez, acusar los antivalores de la ingratitud, el egoísmo, la frialdad del amor a la Patria, la negligencia y la corrupción.

¿Qué sería de nuestras naciones sin “Moral y luces”, como El Libertador lo dijo en Angostura?

Hoy más que nunca, es necesario que las instituciones y el Estado cabalguen en esa ruta de libertad, donde verdaderamente “moral y luces” sean nuestras primeras necesidades.

La universidad moderna, heredera y apoyo de la república, no debe tener otro fin que no sea el de procurar caminos a la justicia social y al bienestar de todos los ciudadanos.

Todos unidos debemos avanzar, sin imposiciones ni demoras, hacia el estado de bienestar y de soberanía que Bolívar albergó en su Discurso de Angostura. Esta es la esencia de aquel célebre discurso.

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