El diario plural del Zulia

La cubanización de Venezuela, por Manuel Ocando

La colonización cubana de Venezuela podría entrar en la historia como una de las mayores proezas en materia de dominación política consumada por país alguno. De todos es conocido que la ocupación cubana, por parte del régimen castro-comunista, a Venezuela, se ha consumado con el fin de explotarla y dominarla administrativa, militar y económicamente.

Luego del intento fallido de aquel desembarco invasor armado, promovido por Fidel Castro en Machurucuto para alterar el renacimiento de la democracia venezolana y hacerse del poder y la riqueza minera de Venezuela, punto de vital importancia para sus pretensiones expansionistas y de sobrevivencia de la “revolución”, el régimen cubano logro con la llegada del gobierno de Chávez, sin disparar un tiro, lo que muchas veces intentaron los castro-comunistas promoviendo la guerrillas y matando innumerables jóvenes soldados y policías en diversas zonas rurales y urbanas del país .

Ningún imperio en el mundo, a través del tiempo, había podido conquistar otra nación sin poseer un gran poderío económico. Cuba ha sido el primero en hacerlo. En privado, los promotores del régimen castro-comunista deben estar muy envanecidos y orgullosos de haber logrado tal hazaña.

En las crónicas de la historia universal han existido diversas formas de dominación. Gran Bretaña Dinamarca, Bélgica y Holanda tuvieron posesiones en ultramar. Pero detrás existía un potencial económico o una maquinaria militar temible. En la actualidad, Estados Unidos es poseedor de un arsenal nuclear y una tecnología militar. Sin embargo, la Cuba de los Castro, cuya economía va camino al cuarto mundo, colonizó a Venezuela.

Los inspiradores del sistema castro-comunista probablemente ni en sus mejores sueños pensaron tener el control político y lograr el gigantesco beneficio económico que han obtenido y siguen teniendo de una nación nueve veces mayor que Cuba, dos veces y media más poblada, y con la reserva de petróleo más grande del planeta y la mayor potencialidad para la extracción del oro, cobre, diamante, coltán, hierro, bauxita y otros minerales de gran valor industrial.

La asombrosa, sorprendente y admirable lucha que está librando el pueblo venezolano por recuperar su libertad tendría un éxito aún mayor si se tratara solamente de una simple confrontación interna entre venezolanos. La complejidad de la situación radica en que, en la actualidad, se enfrenta el pueblo que está en contra del régimen, prácticamente solo, resistiendo en contra la PNB, la GNB y la dirección de las fuerzas de ocupación cubano-castrista disfrazadas, que se han convertido en el principal aliado del régimen de Maduro.

La razón de esta situación reside en un hecho muy simple, y es que el régimen cubano se está jugando su supervivencia. A pesar que la situación económica de Venezuela ha cambiado, los cubanos siguen disfrutando de los privilegios que les otorga el Gobierno venezolano.

Ante una posible caída del régimen de Maduro debido a su creciente impopularidad, unido a las presiones internacionales que abogan por el restablecimiento del orden democrático en Venezuela, los jerarcas cubanos, muy alarmados, están convencidos de que puede iniciarse una nueva etapa similar a la vivida tras la desaparición del comunismo de Europa del Este, a finales de los 80, sin cuyo subsidio la isla se vio sumida en una dramática crisis económica, denominada eufemísticamente por el régimen castro-comunista como “periodo especial”.

En Cuba se está armando una tormenta perfecta y algunos altos personajes del régimen han expresado que “este país no aguanta otro ‘93”, es decir, otro periodo especial. Esta situación, al parecer, ha encendido la luz de alarma para el régimen cubano y, en consecuencia, este ha reaccionado apoyando con mayor fuerza al régimen de Maduro en su afán de sostenerlo, en contra del pueblo venezolano que lucha solo pero con valentía y pundonor para recuperar su libertad.

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