El diario plural del Zulia

La alta autoestima: su valor e importancia, por Manuel Ocando

E l modo en que nos sentimos con respecto a nosotros mismos afecta, implícitamente, en forma determinante, todos los aspectos de nuestra experiencia, desde la manera en que nos desempeñamos en el trabajo, el amor o el sexo, hasta nuestro proceder como padres y las posibilidades que tenemos de progresar en la vida.

Nuestras respuestas ante los acontecimientos dependen de quién y qué pensamos que somos. Los dramas de nuestra vida no son más que el reflejo de la visión íntima que poseemos de nosotros mismos. Por lo tanto, la autoestima es la clave del éxito o del fracaso. El significado primordial de la autoestima es la confianza en la eficacia de tu propia mente, en la capacidad de pensar, de tomar decisiones de vida y de búsqueda de la felicidad.

La autoestima tiene dos componentes: un sentimiento de capacidad personal y un sentimiento de valía personal. En otras palabras, la autoestima es la suma de la confianza y el respeto por uno mismo. Refleja el juicio implícito que cada uno hace de su habilidad para enfrentar los desafíos de la vida (para comprender y superar los problemas) y de su derecho a ser feliz (respetar y defender sus intereses y necesidades). La autoestima es una necesidad muy importante para el ser humano.

Es básica y efectúa una contribución esencial al proceso de la vida; es indispensable para el desarrollo normal y sano; tiene valor de supervivencia. El no tener una autoestima positiva impide nuestro crecimiento psicológico. Cuando es baja, disminuye nuestra resistencia frente a las adversidades de la vida. Nos derrumbamos ante acontecimientos que con un sentido más positivo de uno mismo podríamos vencer. Cuando se posee actúa como el sistema inmunológico, dándonos protección, resistencia y fortaleza.

Tener la autoestima alta equivale a sentirse con adamente apto para la vida, sentirse capaz y valioso. También sentirse aceptado como persona. Cada día existe una mayor conciencia sobre la importancia de la autoestima. Reconocemos que así como un ser humano no puede esperar realizarse en todo su potencial sin una sana autoestima, tampoco puede hacerlo una sociedad cuyos miembros no se valoran a sí mismos y no confían en su mente.

En los últimos años se ha visto que la baja autoestima se está imponiendo en el contexto social de Venezuela por una influencia negativa, intencional y permanente de un modelo de liderazgo que han querido imponer quienes gestionan al país, que inducen a creer que los antivalores son la alternativa, desarrollando en muchos venezolanos, como lo expresa Francisco Rivero, una actitud de conformismo ante el irrespeto a los derechos, la corrupción, la delincuencia, el desabastecimiento, las colas, la inseguridad, los atropellos a la libertad de expresión y la protesta.

La manera de ser, de pensar, de relacionarse del venezolano de hoy día, está muy contaminada por la cultura del abandono, la cultura del maltrato y la cultura de la ignorancia, consecuencia inevitable de la humillación a la que ha sido sometido por un liderazgo autocrático, mediocre y clientelar.

En cualquier dirección hacia donde miremos, necesitamos un nivel más elevado de autoestima. Cuanta más alta sea nuestra autoestima mejor equipados estaremos para enfrentarnos a la adversidad y los desafíos del hoy y del mañana. La alta autoestima nos obliga a salir de nuestra zona de confort, estimular nuestra conciencia y a luchar para defender lo que somos y queremos.

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