La academia ante todo por María Guadalupe Núñez
Estos días de junio, conmocionados por las protestas, el vandalismo y las lesiones a la dignidad humana por los militares que actúan para reprimir antes que controlar manifestaciones pacíficas, mis amigos de la Universidad del Zulia me sorprenden dándome aliento para continuar adelante en la dura batalla que libro, colmándome de atenciones y reconocimientos que, si soy sincera, no me esperaba, porque siempre actué pensando en la institución a la que tanto amo y he dedicado 40 años de mi vida y de la cual egresé en la VI Promoción de Ingenieros Químicos.
He escalado posiciones académicas y asumí la responsabilidad a la que aspiré me fuera concedida. Esos amigos me han sorprendido rindiéndome un homenaje muy grande al designar el edificio de las escuelas de Ingeniería Química y de Petróleo con mi nombre.
No tengo palabras para agradecer ese reconocimiento que honra a quienes lo propiciaron y a la comunidad de las escuelas de Química y Petróleo que lo aceptan, y lo particularizo en el señor decano, Mario Herrera, demás integrantes del Consejo de Facultad y por supuesto, los directores de esas escuelas.
Otro tanto tengo que decir del honroso homenaje a mi trayectoria universitaria al otorgarme la más alta distinción académica de la Universidad del Zulia, el Doctorado Honoris Causa. Aprobado por el Consejo Universitario el pasado 8 de junio, a solicitud de la Facultad de Ingeniería, me será otorgado el próximo miércoles 22.
Estas distinciones insuflan nuevos aires a las actividades que realizo en LUZ, momentáneamente suspendidas. Una carrera que abarca desde los ya lejanos días de profesora de aula, pasando por decano de la Facultad de Ingeniería, director de Administración de la universidad y vicerrector Administrativo, cargo que ocupo desde 2008 con el periodo vencido porque la renovación de las autoridades está suspendido por órdenes del TSJ.
Esta es la Universidad que reitera su hacer académico para enmendar silencios propiciados por un gobierno que intenta quitarle su liderazgo y torcer el rumbo, pues ella es el faro que orienta a la sociedad. Su contribución, además de su carácter académico, es la misión socio-política, al coadyuvar, en las más difíciles circunstancias, a construir la Venezuela que queremos. El escritor francés Joseph Renan señaló: “Una nación es, pues, una gran solidaridad constituida por el sentimiento de los sacrificios que se han hecho y de los que aún se está dispuesto a hacer”.
